La igualdad entre mujeres y hombres no es solo una cuestión de justicia, sino también de progreso económico y social. Esto es lo que defiende la profesora Almudena Sevilla (Valladolid, 1973), que ha dedicado toda su carrera a investigar sobre economía y género, además de impulsar el crecimiento de las académicas y el aumento de profesionales en este sector.
A principios de este año ha sido distinguida como comendadora de la Orden del Imperio Británico por sus contribuciones a la investigación y la igualdad de género que empezaron en Estados Unidos, donde curso su doctorado gracias a una beca de posgrado de la Fundación "la Caixa".
Fue durante su doctorado en la Universidad de Brown cuando Sevilla notó la escasa presencia de mujeres en el ámbito académico, con solo una mujer en el profesorado de economía. Este hecho la motivó a formar una red de apoyo para mujeres economistas. Por ello, fundó la UK Women in Economics Network con el objetivo de conectar a mujeres de diferentes sectores.
Sobre la distinción que ha recibido, Sevilla expresó que fue una gran sorpresa y un honor, destacando que este tipo de reconocimientos son clave para visibilizar las investigaciones sobre economía y género. En su investigación, Sevilla ha abordado diversos factores que perpetúan las brechas de género, como son los estereotipos. A través de sus estudios ha demostrado como prejuicios como la creencia de que las mujeres no son buenas en matemáticas o que deben ser cuidadoras, afectan tanto a la educación como al mercado laboral. Estos estereotipos, según la economista, no solo son injustos, sino que también tienen un impacto negativo en la economía, al limitar el potencial de las mujeres en áreas científicas y tecnológicas.
Sevilla ha señalado cómo el acoso sexual en el trabajo agrava la desigualdad de género, al obligar a muchas mujeres a cambiar de sector o abandonar el empleo. Para prevenir estos comportamientos, Sevilla alega que hay que crear marcos institucionales sólidos.
Asimismo, también ha investigado la llamada "penalización por hijos", pues la maternidad a menudo obliga a las mujeres a reducir su jornada o dejar de trabajar, lo que repercute en su carrera profesional. Si bien las políticas de conciliación pueden ser útiles a corto plazo, insiste en que deben aplicarse de manera equitativa para evitar que se refuercen los estereotipos.
Al abordar las políticas de igualdad, Sevilla opina que se deben combinar intervenciones que cambien comportamientos con políticas estructurales. Las primeras buscan modificar actitudes y generar entornos inclusivos, mientras que las segundas deben adaptar los marcos legales a las necesidades actuales, fomentando una sociedad más igualitaria.
La economista anima a las jóvenes a adentrarse en esta disciplina, porque es una herramienta poderosa para transformar el mundo y reducir desigualdades.