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Más de la mitad del parque de viviendas en España supera los 40 años. Esto se traduce en edificios que muestran signos evidentes de desgaste que no solo afectan a su estética, sino también a su funcionalidad, seguridad y eficiencia energética. Según datos recogidos por el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), los hogares españoles consumen alrededor del 30% de la energía total del país, por lo que, en un contexto donde la sostenibilidad es una prioridad global con parámetros a cumplir como la Agenda 2030, la rehabilitación de estos inmuebles es aún más imperativo.
Sin embargo, la realidad es que el coste que supone abordar estas reformas puede ser prohibitivo para muchos propietarios, especialmente para los de viviendas unifamiliares o las comunidades de vecinos. El aumento del gasto destinado a la vivienda, ya de por sí significativo en el presupuesto familiar, disuade a muchos de emprender proyectos que, aunque necesarios, parecen inalcanzables. Ante esta situación, los planes de rehabilitación desempeñan un papel crucial para hacer posible la revitalización del patrimonio arquitectónico y mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.
Los planes de rehabilitación de edificios, promovidos tanto por el Gobierno central como por administraciones autonómicas y municipales, buscan transformar el parque residencial español para adaptarlo a las necesidades del siglo XXI. Estas iniciativas no solo se centran en la conservación estructural de los edificios, sino que también fomentan actuaciones destinadas a mejorar la accesibilidad, la eficiencia energética y la seguridad.
Por ejemplo, las subvenciones provenientes de los Fondos Next Generation, impulsados por la Unión Europea, ofrecen ayudas que pueden cubrir entre el 40% y el 80% del coste total de las obras, dependiendo del ahorro energético conseguido tras la reforma. Estas ayudas son gestionadas por las comunidades autónomas y están diseñadas para facilitar que las familias puedan acometer reformas integrales, como la rehabilitación de fachadas, la instalación de sistemas de aislamiento térmico o la sustitución de calderas ineficientes por tecnologías más limpias.
En paralelo, muchas administraciones locales han desarrollado sus propios programas. Un ejemplo destacado es el Plan Rehabilita Madrid, que busca fomentar la mejora de edificios construidos antes de 1998. Este programa ofrece subvenciones que pueden cubrir entre el 40% y el 90% del coste de las obras, con ayudas de hasta 10.000 euros por vivienda en función del tipo de actuación. Entre las reformas contempladas se encuentran la instalación de ascensores, la mejora de cubiertas y fachadas o la aplicación de sistemas de aislamiento que reducen las emisiones de CO2.
Aunque las ayudas públicas son una herramienta fundamental, a menudo no cubren la totalidad de los costes ni llegan en el momento oportuno para los propietarios, ya que son procesos largos y dilatados en el tiempo. Aquí es donde entra en juego la financiación privada con líneas de crédito diseñadas específicamente para proyectos de rehabilitación.
En este contexto, entidades financieras como Deutsche Bank, han desarrollado soluciones como Avanza Credit, una línea de negocio especializada en financiar obras de eficiencia energética y accesibilidad con el respaldo de una experiencia de más de 25 años en el sector. Deutsche Bank se compromete a ofrecer soluciones personalizadas, ajustadas a las necesidades específicas de cada proyecto. Este servicio permite a las comunidades de propietarios acceder a préstamos que financian hasta el 100% del presupuesto de la obra, con plazos de devolución de hasta 15 años y períodos de carencia de hasta 24 meses.
Entre sus prestaciones destaca El Préstamo Huella 0, diseñado para financiar proyectos de ahorro energético y sostenibilidad. Desde la rehabilitación de tejados hasta la instalación de placas solares y cerramientos eficientes, este producto permite a las comunidades de propietarios transformar sus edificios en espacios más sostenibles y, además, económicos.
En total, el 50% de la actividad de Avanza Credit se enfoca en la eficiencia energética, siendo la rehabilitación de fachadas el principal destino de los fondos (90%). El 10% restante se destina a la sustitución de calderas de carbón e instalaciones fotovoltaicas para autoconsumo, contribuyendo a reducir la huella de carbono y el gasto energético. Una parte muy importante de la actividad corresponde a su apuesta por la mejora de la accesibilidad en edificios residenciales con la instalación de ascensores o rampas, entre otros.
Además, Avanza Credit ofrece un enfoque integral que incluye la colaboración con arquitectos, empresas rehabilitadoras y administraciones públicas. Este modelo "llave en mano" garantiza que los propietarios no solo dispongan de la financiación necesaria, sino que también cuenten con el apoyo técnico y administrativo necesario para gestionar todo el proceso de rehabilitación.
En definitiva, la rehabilitación de viviendas no solo representa una inversión en sostenibilidad y accesibilidad, sino también en la calidad de vida de sus ocupantes. Gracias a una combinación de subvenciones públicas y soluciones financieras innovadoras como Avanza Credit de Deutsche Bank, modernizar el parque de viviendas español se perfila como una tarea más accesible y, sobre todo, imprescindible para construir un futuro más eficiente y equitativo.
Producido por EcoBrands
