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La revolución laboral: el cambio que la generación Z exige al mundo empresarial

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El paradigma laboral ha cambiado drásticamente en los últimos años. La globalización, la digitalización y el acceso masivo a nuevas tecnologías han reconfigurado no solo las herramientas de trabajo actuales, sino también las expectativas y valores de las nuevas generaciones. Pedro, un desarrollador web de 29 años, resume así sus prioridades: "Quiero que mi trabajo me motive, sea dinámico, con flexibilidad horaria, teletrabajo y un plan de crecimiento dentro de la empresa. Por supuesto, también busco un sueldo digno que se ajuste a la situación económica actual".

Por su parte, Iria, ejecutiva de cuentas de 27 años, incide en la importancia de la conciliación: "No quiero sentir que vivo para trabajar. Quiero poder ahorrar sin tener que renunciar a tener una vida social o a hacer ciertas actividades de ocio". Además, defiende el trabajo flexible y ve como imprescindible "que haya buen ambiente laboral e implicación por parte de la empresa en términos de igualdad, inclusividad y sostenibilidad".

Estos testimonios son solo una muestra de la realidad que los datos respaldan. Según la Encuesta Global 2024 a Millenials y Generación Z de Deloitte, el 60% de los jóvenes prefieren trabajar en empresas comprometidas con la sostenibilidad, la diversidad y la inclusión. De igual modo, priorizan que ofrezcan herramientas tecnológicas avanzadas y espacios de trabajo flexibles.

Un contexto que redefine las reglas

La pandemia de la COVID-19 fue un catalizador que aceleró esta evolución. El teletrabajo, adoptado en tiempo récord, demostró que muchas tareas podían realizarse de manera remota y efectiva desde casa. Este modelo afianzó una nueva transformación en las expectativas laborales, normalizando la flexibilidad y el equilibrio entre vida personal y profesional como requisitos fundamentales, especialmente entre los jóvenes de la generación Z.

"Ahora el proceso de selección es inverso y prácticamente son los chicos quienes están seleccionando a las empresas. Eso ha obligado a reconvertir estos procesos en formatos más interesantes y que generen también un aprendizaje para ellos", asegura Claudia Sandia, responsable de captación y selección de talento junior de Universia, empresa del Grupo Santander que conecta a las empresas con las universidades y centros educativos con el objetivo de impulsar la empleabilidad del talento junior.

En respuesta, los procesos de selección han evolucionado hacia formatos más innovadores. La simple publicación de ofertas laborales ha dado paso a dinámicas innovadoras como los retos gamificados y los hackatones, que no solo atraen talento, sino que también fortalecen la marca empleadora de las compañías.

El auge de los retos digitales

Cada año, Universia organiza competiciones como Metaworking o TalentRace, que combinan el interés de los jóvenes por la tecnología y los videojuegos con evaluaciones de competencias en un entorno dinámico y accesible. "Estas competiciones son una propuesta diferencial que permite a las compañías destacar entre el abanico de ofertas que existen en el mercado, potenciar su marca empleadora y llegar a una audiencia que quizás de otra manera no conseguirían", apunta Sandia. Aunque es importante tener en cuenta que estos retos no son un proceso de selección y no hay un compromiso de empleabilidad, "sí sabemos que entre el 50 y el 60% de los participantes en las fases finales son considerados para procesos de selección futuros".

Además de atraer talento, estos retos funcionan como un escaparate perfecto para los empleadores. Permiten evaluar habilidades esenciales como la comunicación, el trabajo en equipo y la toma de decisiones en escenarios reales, características que las empresas buscan cada vez más en los candidatos.

Otro ejemplo es el de Repsol, que ha integrado en su estrategia de captación de talento uno de los valores que más destacan las nuevas generaciones: el desarrollo sostenible. En 2024, Fundación Repsol organizó un Challenge Universitario sobre transición energética, dirigido a estudiantes de grado, máster y doctorado de toda España.

Los ganadores del Challenge Universitario de Fundación Repsol, en el que participaron más de 1.700 estudiantes de toda España.

El objetivo era simple pero ambicioso: proponer ideas innovadoras para avanzar hacia una economía descarbonizada a través de diversos proyectos que pudieran impulsar la productividad y la creación de empleo. "Es muy importante avanzar en la transición energética y hacerlo de manera ordenada e inteligente, manteniendo la competitividad de nuestra industria y sectores productivos. Por eso nos parece clave contar con el talento universitario", explica Arantza Hernanz, directora de Educación y Conocimiento de Fundación Repsol.

Repsol también cuenta con el programa de prácticas 'Talent Energy', diseñado para que jóvenes profesionales se involucren en proyectos clave como la digitalización, la economía circular o las energías bajas en carbono, entre otros. Así, más que formar empleados, la iniciativa busca crear agentes de cambio capaces de liderar la transición hacia un futuro con una menor huella de carbono.

Producido por EcoBrands