La transición energética es uno de los principales retos de las empresas y las instituciones en la actualidad y no es para menos, en 2023 se vertieron al planeta 40,9 gigatoneladas de CO2, un 1,1% más que el año anterior, lo que supuso batir un nuevo récord mundial, según el último informe de Global Carbon Projec. Los edificios protagonizan una parte muy importante de estas emisiones, concretamente el 37%. El camino más rápido para descarbonizar edificios implica un enfoque prioritario en la tecnología y la renovación de infraestructuras existentes.
En este camino está trabajando Schneider Electric. La compañía líder en la transformación digital de la gestión de la energía y la automatización está trabajando en la renovación de los edificios existentes para descarbonizarlos, algo, que según defienden, no solo brindan considerables ahorros de energía, sino que también pueden generar un retorno de inversión significativo en menos de una década, atraer inquilinos, preservar el valor de los activos y mitigar el riesgo financiero. Esto es posible gracias a su solución EcoStruxure.
Pese a que son muchas las ventajas de la descarbonización de los edificios, la realidad es que las cifras que se registran en este campo son realmente llamativas. "Nuestra investigación muestra que desplegar soluciones de gestión digital de edificios y energía en edificios de oficinas existentes podría reducir sus emisiones de carbono operativas hasta en un 42% con un período de recuperación de menos de tres años", explica la compañía. Además, la compañía destaca que, si se sustituyen las tecnologías de calefacción alimentadas con combustibles fósiles por alternativas eléctricas y se instala una microgrid con fuentes locales de energía renovable, los edificios totalmente eléctricos y digitales reducirán otro 28% las emisiones de carbono de sus operaciones, lo que supone una disminución total de hasta el 70%.
Otra de las ventajas que aporta la descarbonización de los edificios es con respecto a la rentabilidad de las carteras inmobiliarias al minimizar el riesgo de sus activos varados. "Juntos podemos acelerar el viaje a la descarbonización reduciendo las emisiones de carbono de la cartera, optimizar el uso de energía aumentando los ahorros energéticos, mejorar el rendimiento a lo largo del ciclo de vida del activo desde el diseño y desarrollo hasta la operación y mantenimiento, crear un sistema integrado y holístico de gestión de edificios que brinde experiencias interiores personalizables y satisfactorias", destaca la multinacional francesa.
La descarbonización de los activos inmobiliarios gana especial relevancia si se tiene en cuenta que el 50% de los edificios actuales seguirán en uso en 2050, por lo que la modernización sostenible del stock de edificios actual resulta imprescindible con el fin de alcanzar el objetivo de consumo energético nulo. De hecho, es algo que ya se está haciendo.
"La digitalización y la información precisa sobre el uso de las instalaciones son cruciales para alcanzar y garantizar un consumo energético nulo en cualquier entorno profesional. Aspiria (Kansas, Estados Unidos), un innovador campus de uso mixto con una superficie de más de ocho áreas que integra zonas de trabajo y espacios públicos de primera categoría que utiliza nuestras soluciones EcoStruxure para alcanzar sus ambiciosos objetivos en materia de sostenibilidad", detalla la compañía.
Esto se ha traducido en una reducción del 16% en el consumo anual de energía y en un ahorro anual de costes energéticos de 1,5 millones de dólares, al tiempo que ha contribuido a reducir la huella de carbono de más de 10.000 toneladas.
Los seres humanos pasan aproximadamente el 90% de su tiempo en interiores. Los edificios, desde hoteles y oficinas hasta centros sanitarios y comercios, son esenciales para la experiencia humana. Esta transformación va a estar marcada por varias tendencias.
Por un lado, se debe poner especial foco en la sostenibilidad y la descarbonización y en este campo está jugando un papel muy importante las regulaciones que están impulsando las instituciones. Las normativas medioambientales más estrictas y las obligaciones de información sobre eficiencia energética obligan a casi 50.000 empresas a hacer públicos los datos sobre consumo energético y emisiones de carbono, mientras que aproximadamente el 70% de las empresas encuestadas declaran haber adoptado compromisos medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG).
También es muy importante apostar por la eficiencia operativa y la gestión de costes. Sobre todo, si se tiene en cuenta que en la actualidad la volatilidad de los precios de la energía, los costes del carbono o la escasez de mano de obra pueden incrementar de manera considerable la cuenta de resultado de las empresas. Sin embargo, esto todavía es una asignatura pendiente, de hecho, solo el 13% de las empresas recopilan datos de forma continua o en tiempo. Unos datos que pueden jugar un papel muy relevante a la hora de evaluar el rendimiento actual e identificar acciones que tendrán efectos tangibles.
A esto hay que sumar que las formas de vivir están cambiando y los espacios ya no se usan de la misma forma que hace unos años. Esto influye directamente en la funcionalidad de los edificios. Con una mayor demanda de conectividad y personalización y la previsión de que la demanda de espacio flexible alcance el 30% en 2030, las empresas deben dar prioridad a los datos de utilización del espacio para optimizar la programación del personal y los tiempos de espera y mejorar las operaciones comerciales y la satisfacción del cliente.
"La electrificación y la digitalización a lo largo de todo el ciclo de vida del edificio son cruciales para aprovechar estas tendencias. La electricidad, especialmente la procedente de fuentes renovables, es la forma más respetuosa con el medio ambiente, y la digitalización impulsa la eficiencia proporcionando visibilidad y conocimientos prácticos sobre el uso de la energía y el funcionamiento del sistema. En última instancia, esto ayuda a todos a comprender cómo se consume la energía y contribuye a mejorar la sostenibilidad, la resistencia, la eficiencia y el diseño de los edificios", explica Schneider Electric.
En el turismo, por ejemplo, la atención a la sostenibilidad es cada vez mayor, hasta tal punto que un 53% de los viajeros optan por alojamientos sostenibles. "Cumplir las normas medioambientales mundiales y la obtención de certificaciones de sostenibilidad ayudan a crear diferenciación, mejorar el atractivo de la marca hotelera para los huéspedes más concienciados con el medio ambiente y aumentar el valor de la propiedad", destaca Schneider Electric.
Producido por EcoBrands.