Las mujeres son las mayores afectadas por la pobreza de tiempo

  • A partir de los 70, muchas mujeres se incorporan al trabajo remunerado
  • En España el umbral del que no habría que bajar son 170 minutos cada día
elEconomista.es

A finales de la década de los setenta y los primeros años de los ochenta, millones de mujeres de todo el mundo occidental se incorporaron al trabajo remunerado sin abandonar muchas de las responsabilidades que tenían en casa relacionadas con los cuidados de la familia. Las consecuencias en la vida de ellas fueron múltiples, tanto en su salud mental como en su tiempo de ocio. En definitiva, las convirtió en pobres de tiempo.

Las investigadoras Margarita Vega Rapun, del Center for Time Use Research de la University College London y autora del estudio The multidimensionality of poverty: Time poverty in Spain (2021), y Sara Moreno Colom, profesora de Sociología de la Universitat Autònoma de Barcelona e investigadora del Centre d'Estudis Sociològics sobre la Vida Quotidiana i el Treball (QUIT), se han reunido en CaixaForum Macaya para conversar sobre la pobreza de tiempo en los países desarrollados dentro del ciclo El derecho al tiempo, debate clave para el siglo XXI, organizado por el Observatorio Social de la Fundación "la Caixa".

"La pobreza de tiempo es un indicador que nos permite dar una medida más completa sobre la pobreza, que normalmente solo recoge la pobreza de ingresos", explica Vega. "A través de las encuestas del uso del tiempo, podemos evaluar el tiempo que las personas le dedican al trabajo remunerado, al no remunerado y a los cuidados personales. Esta información nos permite establecer una línea de pobreza de tiempo similar a la que se calcula para los ingresos. Todas aquellas personas que estén por debajo de la misma serán considerados pobres de tiempo".

En España, esta línea se ha establecido en los 170 minutos al día: si estamos por debajo de ese umbral, somos pobres de tiempo. Y si además tenemos pocos ingresos, se genera un círculo vicioso del que es difícil salir: probablemente la persona pobre de tiempo tendrá unas responsabilidades propias del trabajo no remunerado que no le permitirán acceder a uno remunerado o trabajar las horas suficientes para tener un salario digno.

"La pobreza de tiempo a veces no solo la podemos medir contabilizando la cantidad de tiempo de libre disposición personal que tienen las personas", señala Moreno, "porque podemos disponer de mucho tiempo, pero también tener poca capacidad para decidir acerca del mismo o que este se acabe contaminando por otras actividades, como por ejemplo los cuidados".

Según las expertas, el efecto de la pobreza de tiempo en las personas, sobre todo mujeres, es múltiple, dependiendo del ámbito que consideremos. Por ejemplo, en el plano profesional, una persona pobre de tiempo no podrá realizar cursos de formación o reciclaje para incrementar su capital humano. Esto hará que tenga menos posibilidades de ascender.