Ofrecido por
Iberdrola pisa el acelerador con el viento, el sol y el agua a su favor, y con unas inversiones récord de 41.000 millones de euros que se centrarán en potenciar las redes eléctricas. con dos tercios de la cuantía mencionada, y con el tercio restante destinado a desarrollar proyectos renovables de forma selectiva. La misión de la compañía es electrificar para liderar la transición ecológica del planeta.
Por ello, la compañía centrará el 85% de las inversiones en regiones con alta calificación crediticia -rating A-. Estados Unidos se sitúa como el principal mercado de expansión para los próximos tres años, donde destina el 35% de sus inversiones. Por detrás se encuentra Reino Unido, con un 24%, seguido de España y Latinoamérica, donde destina un 15% a cada uno y el resto de países de la UE y Australia, con un 11%.
La primera utility de Europa por valor en bolsa -con una capitalización cercana a los 80.000 millones- fue pionera hace más de 20 años en el desarrollo de energías limpias y en las inversiones en las redes eléctricas de transporte y distribución, la arquitectura clave para que la energía limpia llegue a industrias y particulares.
Iberdrola ya cuenta con una potencia verde instalada superior a los 42.000 MW y con unos activos regulados en redes eléctricas de más de 43.000 millones de euros, gracias a un gran trabajo de internacionalización. Está presente en más de 30 países -con España, Estados Unidos, Reino Unido, Brasil y México como puntas de lanza- y cuenta con 100 millones de clientes.
Dentro del plan estratégico de la compañía, las redes eléctricas focalizan su atención. La asociación del sector eléctrico europeo, Eurelectric, que representa a más de 3.500 compañías, acaba de publicar un informe que revela que las inversiones en redes eléctricas deberían alcanzar en Europa los 67.000 millones de euros anuales en el periodo 2025-2050 frente a los actuales 33.000 millones. Las redes son la clave para enchufar la energía verde a la industria y a los ciudadanos, además de indispensables para alcanzar la transición a una economía neutra en carbono que preserve el clima y permita la autonomía energética.
La propia Comisión Europea se suma a estas proyecciones, al considerar que las inversiones necesarias en esta infraestructura son de casi 600.000 millones de euros en la presente década.
El plan de Iberdrola pasa por destinar 21.500 millones de euros a redes con el objetivo de incrementar estos activos hasta los 54.000 millones de euros a finales de 2026. Para la empresa, la electrificación no tiene freno, dado que hay que incrementar la autosuficiencia energética, la descarbonización, la eficiencia y competitividad de las empresas.
Otro de los motores para el futuro de Iberdrola será la eólica offshore -instalaciones eólicas para generar energía 100% limpia situadas en el mar-, a la que destinará el 54% de los 15.500 millones que invertirá en la construcción de renovables. Las dianas de estas inversiones serán Estados Unidos, Reino Unido, Francia y Alemania.
Iberdrola cuenta ya con más de 1.800 MW en eólica marina y con unos 3.000 MW adicionales en construcción, con el objetivo de que en 2026 la potencia en esta tecnología alcance los 4.800 MW. Sus parques operativos están en Reino Unido (West of Duddon Sands y East Anglia One), Alemania (Wikinger) y Francia (Saint Brieuc), mientras que están previstas las puestas en marcha este año del alemán Baltic Eagle y del estadounidense Vineyard Wind, así como del también germano Widanker y del británico East Anglia Three.
Otras áreas de crecimiento serán la eólica terrestre, que absorberá el 28% de la inversión en el segmento renovable, y la fotovoltaica, con el 18% restante.
El almacenamiento de la energía a través de las centrales de bombeo se convierte en una tecnología estratégica para la electrificación de la economía en los próximos ejercicios. Por ello, pretende destinar 1.500 millones de euros, lo que le permitirá alcanzar los 120 millones de kWh de capacidad de almacenamiento a través del bombeo, lo que supone un incremento del 20%. Además, el grupo contará con una cartera de 150 millones de kWh.
Gracias a todo este proyecto inversor, las actividades de la compañía crearán 10.000 puestos de trabajo a nivel mundial en los próximos tres años, lo que permitirá aumentar a los 500.000 puestos en toda nuestra cadena de suministro.
Las favorables perspectivas de los negocios de Iberdrola se traducirán en la cuenta de resultados, con un beneficio neto esperado para 2026 de entre 5.600 y 5.800 millones de euros, frente a los 4.803 millones del año pasado. En el primer trimestre de 2024 obtuvo 2.760 millones de beneficio neto, impulsado por la desinversión de parte del negocio en México, que aportó 1.165 millones de euros.
Y, al compás del alza del beneficio, Iberdrola anticipa un crecimiento sostenido del dividendo, para situarlo entre los 0,61 y 0,66 euros por acción en 2026, frente a los 0,55 euros con cargo a 2023, cuantía esta última que se establece como suelo para todo el periodo. Así, entre 2024 y 2026, la eléctrica prevé repartir 11.000 millones de euros entre sus accionistas, frente a los 9.500 millones que distribuyó entre 2021 y 2023.
Producido por EcoBrands