Producidos a partir residuos orgánicos como aceites de cocina usados o desechos agrícolas y ganaderos, entre otros, los biocombustibles de segunda generación se han convertido en una solución más que efectiva para descarbonizar el transporte por tierra, mar y aire.
Además, al proceder de materia orgánica, los acerca a las cero emisiones netas, pudiendo reducir las emisiones del transporte pesado hasta en un 90% en todo su ciclo de vida. Todo sin necesidad de modificar los motores ni requerir un cambio drástico en la tecnología para producirlos, ya que la molécula de los biocombustibles es prácticamente idéntica a la de los carburantes de origen fósil.
En este contexto, Cepsa es una de las compañías energéticas que más está impulsando el uso de los biocombustibles 2G a través de proyectos que se enmarcan en su estrategia Positive Motion. Como ejemplo, la compañía ha iniciado, junto a Bio-Oils, la construcción de la mayor planta de biocombustibles 2G del sur de Europa. Se trata de un proyecto con una inversión de 1.200 millones de euros, que se sumará a las instalaciones que ya operan Cepsa y Bio-Oils en Huelva para formar el segundo mayor complejo de combustibles renovables de Europa, con una capacidad de producción total de un millón de toneladas al año. Además, la nueva planta utilizará hidrógeno renovable y empleará aguas recuperadas en su proceso de producción, evitando la captación de agua dulce, en lo que supone un paso más en términos de sostenibilidad.
La nueva planta producirá anualmente, de manera flexible, 500.000 toneladas de combustible sostenible de aviación (SAF) y diésel renovable (HVO), lo que permitirá a esta joint venture duplicar su capacidad de producción actual. La instalación, cuya puesta en marcha está prevista para 2026, creará 2.000 puestos de trabajo, entre directos e indirectos y no solo ayudará a aumentar la adopción de biocombustibles de forma asequible, sino que lo hará con un mínimo impacto ambiental. En concreto, el complejo emitirá un 75% menos de CO2, que una planta de biocombustibles tradicional y está diseñada para lograr las cero emisiones netas en el medio plazo.
En comparación con los combustibles tradicionales, los combustibles renovables desarrollados en este complejo desarrollado por Cepsa y Bio-Oils evitarán la emisión de 3 millones de toneladas de CO2 anuales, lo que equivale al 4% de las emisiones del transporte por carretera en España.
Este proyecto supone para Cepsa un salto hacia delante en el desarrollo de todo un ecosistema destinado a acelerar la descarbonización del transporte pesado, mediante la producción de moléculas verdes, principalmente hidrógeno renovable -y sus derivados- y biocombustibles 2G. Un paso en firme para convertirse en un referente de la transición energética.
Producido por EcoBrands