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En Aragón, la Semana Santa no es solo una celebración tradicional; es un espectáculo de devoción, historia y pasión que se despliega a lo largo y ancho de nuestra geografía. Un total de diez localidades aragonesas ostentan con orgullo el título de Fiesta de Interés Turístico Internacional, por eso te contamos todo lo que debes saber para no perderte lo más destacado de cada una.
Una de las procesiones más famosas es la del Santo Entierro de Zaragoza. Se celebra la tarde noche del Viernes Santo y parte desde la Iglesia de Santa Isabel de Portugal, donde las 25 cofradías de la ciudad portan un total de 44 pasos. Además, entre sus características más identificativas, destaca la de tener la mayor concentración de tambores, bombos, matracas y carraclas de toda España, que se entremezclan con jotas y saetas.
La Ruta del Tambor y el Bombo del Bajo Aragón, con cinco décadas de convivencia a sus espaldas en torno a la hermandad de cientos de tambores y bombos sonando al unísono en distintos pueblos, experimenta el momento más emocionante y conmovedor en su 'Romper la hora'. Tiene lugar la noche del Jueves Santo a las 00:00 horas en Albalate del Arzobispo, Alcorisa, Andorra, Híjar, la Puebla de Híjar, Samper de Calanda y Urrea de Gaén; y el día de Viernes Santo a las 12:00 del mediodía en Calanda.
Las túnicas y terceroles tiñen de un característico azul intenso las calles de Alcañiz en Semana Santa con la procesión del Pregó el día de Viernes Santo a las 13:00 horas, la del Santo Entierro el Sábado Santo a las 16:00 horas, y la de las Palometas el Domingo de Resurrección a las 13:00 horas; pero, si lo prefieres, el Viernes Santo a las 13:00 horas también puedes asistir en Alcorisa a su 'Drama de la Cruz', donde más de 300 actores y vecinos recrean la Pasión y Muerte de Jesús.
En Ayerbe puedes disfrutar del auto sacramental de la Enclavación la noche de Jueves Santo, una representación envuelta en un profundo silencio y dramatismo que revive el momento de la flagelación, la enclavación de la cruz y la muerte de Cristo; y otra escenificación que no puedes perderte es La Pasión en el Teatro Salesiano de Huesca a partir del 17 de marzo. Esta última tiene más de 70 años de antigüedad, haciéndolo uno de los actos más tradicionales de la Semana Santa de Aragón, y tiene lugar cada fin de semana hasta el 1 de abril.
Otra de las paradas obligatorios es la recreación del Vía Crucis de Tarazona, celebrado el Viernes Santo a las 12:00 horas, y el acto del Descendimiento, a las 18:00 horas del mismo día.
Para finalizar con las procesiones, cabe destacar la del Santo Entierro de Calatayud, una de las más antiguas de España con más de 4500 personas y 24 pasos procesionales que van desde la Iglesia de San Juan el Real hasta la plaza de España; y la del Santo Entierro de Huesca, en la que cada Viernes Santo salen todas las cofradías de la ciudad y los 19 conjuntos escultóricos, entre los que destaca el Cristo del Perdón.
Pero la Semana Santa en Aragón no solo se ciñe a magníficas representaciones y procesiones por las diferentes calles, también incluye una variada gastronomía que varía en función de la localidad y su tradición.
Para Jueves Santo, Cabolafuente ha retomado su tradicional limonada acompañada de increíbles dulces típicos como las hojuelas, las flores o los buñuelos. En Bureta y Bolea celebran la Cena del Huevo como cada Jueves Santo; también en Lagata, los vecinos se reúnen para comer huevos fritos en la llamada Fiesta de los Huevos.
En Teruel continúan con la fiesta de Pascua el martes con el Sermón de las tortillas, donde familiares y amigos hacen además otros platos como ensaladas, carnes a la brasa o paellas. La parte dulce llega con la rosca de Pascua y los crespillos, postres relacionados con la Cuaresma y la Semana Santa que se pueden encontrar en varias localidades aragonesas. Aunque especialmente importante es la fiesta del Crespillo de Barbastro, celebrada el 22 de marzo y proclamada Fiesta de Interés Turístico de Aragón.
Tampoco podemos olvidarnos de las monas de Pascua, un bollo de mantequilla y huevo duro típico de los Lunes de Pascua que podemos ver de distintas y llamativas formas.
Eso sí, si hay un dulce que no puede faltar en ninguna sobremesa en Semana Santa es la torrija. Se cree que este delicioso y sencillo postre se originó con la idea de aprovechar todo el pan que sobraba al comer menos carne durante estas fechas, por eso solo se necesita pan duro, leche o vino con miel, huevo y abundante aceite para poder freírlas.
La Semana Santa de Aragón es una oportunidad única para disfrutar de un viaje que funde tradición y sabores, trasladándonos a los orígenes de esta festividad y permitiéndonos descubrir la esencia de la región.
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