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La esperanza de vida en el mundo no ha hecho más que aumentar en los últimos años. Hemos pasado de los 46,5 años de media en 1950 a los 71,7 años en 2022, con previsiones de llegar a los 77,3 años en 2050, según los datos de la División de Población de las Naciones Unidas. Y, en concreto, España es uno de los países donde más se vive, teniendo una media de 83 años y entrando dentro del top 10 mundial.
Esto es, en gran parte, por los avances que ha habido en tecnología, que también han influido en el ámbito de la salud. La digitalización ha avanzado en el terreno del sector sanitario, hasta el punto de que en el 2022 se invirtió un 8,86% más que el año anterior, lo que supone un incremento de 83 millones, según recoge el Índice SEIS elaborado anualmente por la Sociedad Española de Informática de la Salud.
De esta manera, enfermedades que hasta hace no tanto tiempo las considerábamos incurables, hoy en día la probabilidad de sobrevivir es incluso más alta que la de fallecer. Sucede con los pacientes oncológicos, cuya supervivencia en España se ha duplicado en los últimos 40 años gracias a los avances en los tratamientos y diagnósticos, pero también por las persistentes campañas de prevención a la que cada vez se suman más ciudadanos, conscientes de que una detección precoz es fundamental para aumentar las probabilidades de supervivencia.
No solo la prevención es importante, sino que una vez detectado el tumor, es clave dar un buen diagnóstico para la salud del paciente, porque solo así se puede aplicar un tratamiento adecuado.
Es por ello que avances como los nuevos equipos de imagen molecular están revolucionando esta etapa de la medicina, permitiendo un mejor abordaje de la enfermedad. El Hospital Universitario Quirónsalud Madrid ha sido uno de los que ha puesto en marcha este equipo de tomografía computarizada de emisión de fotón único (SPECT-CT) de última generación, que ofrece imágenes de una mayor calidad de cara a la mejora de los estudios oncológicos y traumatológicos. Esto permite a los especialistas obtener información clave, "con mayor rapidez y comodidad", explica Antonio Maldonado, jefe del Servicio de Medicina Nuclear de Quirónsalud Madrid. Este equipamiento es muy útil para el estudio de tumores neuroendocrinos, de tiroides y paratiroides, así como para el análisis de posibles lesiones renales o cardiacas. Pero además, ofrece soluciones a pacientes traumatológicos, sobre todo a aquellos que lleven prótesis, ya que es capaz de observar si esta se mueve o está infectada.
De igual forma, la Medicina Nuclear e Imagen Molecular está revolucionando la capacidad diagnóstica y haciendo de sus equipos "estructuras más humanas" que llevan a cabo terapias especializadas como la metabólica: un tratamiento en el que se administra de forma endovenosa los radiofármacos, que se dirigen con gran afinidad a la zona que hay que tratar y emiten radiación directamente sobre ella. Por su parte, la tomografía computarizada por emisión de fotón único (SPECT-TAC) y la tomografía por emisión de positrones (PET), son técnicas de diagnóstico que, gracias a los equipos de última generación, permiten que el paciente sufra menos radiación a la vez que son más precisos y rápidos. De estas tecnologías están disfrutando ya en el Hospital Quirónsalud Barcelona desde el pasado mes de noviembre, permitiendo a sus especialistas estudiar numerosas enfermedades inflamatorias e infecciosas y otras patologías que antes no era posible, avanzando en los tratamientos personalizados.
Aparte de disponer de equipos más humanos, también son más sostenibles. La instalación de la Philips MR5300 1.5T ha hecho posible hacer resonancias magnéticas sin helio en el Hospital Universitario Sagrat Cor. Este nuevo avance utiliza una tecnología de microenfriamiento que requiere de una cantidad insignificante de helio para enfriar. La mayoría de los equipos necesitan unos 1.500 litros para cubrir el imán, pero este nuevo equipo realiza su función con tan solo 7 litros, siendo primordial debido a la escasez de este material. No solo eso, sino que además, este equipamiento permite reducir el tiempo de la exploración hasta un 50%, corrigiendo los movimientos del paciente evitando la repetición de pruebas y rebaja hasta un 30% el tiempo de cambio de paciente para exámenes rutinarios.
Una de las alternativas al cáncer pasa en muchas ocasiones por el quirófano. Y en esto, Quirónsalud ha reparado más que nadie con la incorporación de la cirugía robótica con Da Vinci: una tecnología que permite al cirujano realizar intervenciones quirúrgicas a distancia, ya que él controla una consola que a su vez dirige a los brazos robóticos. Este sistema computarizado, que ofrece una visión 3D al especialista, es capaz de reproducir el movimiento de las manos, muñecas y dedos del cirujano, evitando posibles errores por temblores involuntarios. De esta manera, garantiza una mayor seguridad, además de suponer menor dolor postoperatorio y una recuperación más rápida. Da Vinci se está aplicando hoy en día a diferentes disciplinas, como la Urología, Ginecología, Cirugía General, Otorrinolaringología o Cirugía Torácica.
La otra opción de tratamiento pasa por la terapia de protones, y Quirónsalud es pionero en este ámbito ya que trató al primer paciente en España por este método. La protonterapia se erige como una alternativa segura y avanzada, ya que permite "esculpir la dosis de radiación en el tumor, reduciendo el riesgo de dañar los tejidos sanos circundantes" en comparación con las técnicas de radioterapia convencional, señala Raymond Mirabell, director médico del Centro de Protonterapia de Quirónsalud.
Producido por EcoBrands