Como líder global en sostenibilidad de su sector, según el Dow Jones Sustainability Index, Indra trabaja de manera continua en la mejora de su desempeño en los aspectos medioambientales, sociales y de Gobierno (ESG). Además de avanzar a buen ritmo para neutralizar las emisiones de sus operaciones en 2040 y ser Net Zero en 2050, está actuando para reducir el impacto medioambiental de sus productos y hacer que sean más sostenibles.
"Consideramos que el ecodiseño es una oportunidad para poner en valor iniciativas de innovación en nuestros productos que, manteniendo su funcionalidad y calidad, disminuyan su impacto medioambiental y redunden en un beneficio para los clientes", explica Alicia Fernández del Viso, responsable de Sostenibilidad de Indra. Y es que el 80% del impacto ambiental que tendrá un producto se determina en la fase de diseño, según datos de la Unión Europea.
Indra ya ha empezado a trabajar en esta línea en el negocio de Gestión de Tráfico Aéreo (ATM), en el que es la compañía tecnológica líder mundial que está definiendo la forma de volar y de gestionar los cielos en el futuro para lograr una aviación aún más segura, eficiente y sostenible.
Gracias al trabajo de un equipo propio multidisciplinar de expertos en diseño, desarrollo, producción y calidad, ha logrado evolucionar su radar primario de vigilancia en ruta y aeropuertos, dando lugar al radar más sostenible PSR2D Neo, que mejora las características de su predecesor y reduce el impacto medioambiental entre un 13% y un 23%. Esto supone, reducir la huella de carbono en 15 toneladas de CO2 anualmente y en más de 260 toneladas a lo largo de su vida útil.
Tras realizar un Análisis de Ciclo de Vida (ACV) para medir el impacto ambiental del radar desde todos los ángulos posibles, los expertos de Indra plantearon diferentes estrategias de ecodiseño que han logrado aumentar notablemente su eficiencia, reduciendo un 12% su consumo energético anual, con las mismas prestaciones.
Pero, además, se ha conseguido que la fabricación del nuevo ecoradar sea menos contaminante, que pueda coexistir con la generación de energía solar y eólica y que tenga mayor alcance. También se ha reducido el peso del radar, lo que facilita un transporte menos contaminante.
"El desarrollo de nuevos amplificadores de potencia con una mayor eficiencia energética nos ha permitido alcanzar unas mayores prestaciones para cumplir con las exigencias de los organismos reguladores de la gestión del tráfico aéreo. Al mismo tiempo, el uso de nuevos materiales nos ha permitido minimizar la huella de carbono y la toxicidad terrestre y humana", destaca Juan Antonio Camacho, director del Centro de Competencia de Radares de Indra.
Se ha pasado de transistores basados en silicio a módulos de nitruro de galio, menos contaminantes y más eficientes; se han sustituido cableados con alternativas más limpias y se han eliminado tóxicos como el berilio o el plomo.
El prototipo del nuevo radar, con las adaptaciones de ecodiseño, ya está en proceso de fabricación y está previsto que se empiece a probar con clientes en 2024. "Este proyecto de ecodiseño ha sido todo un éxito, por lo que nos hemos planteado extender esta metodología a todos nuestros grandes productos. Supone un hito para nuestra empresa y es muestra de nuestro compromiso con el medioambiente y con las generaciones futuras", asegura la responsable de Sostenibilidad de Indra.
El radar primario de Indra es sólo uno de los sistemas radar de ATM con los que cuenta Indra, que ya ha implementado su tecnología de vigilancia del espacio aéreo en más de 180 países y está desarrollando el proyecto de radares más ambicioso del mundo en Alemania.
Pero Indra impulsa la green aviation con otras avanzadas tecnologías que permiten trayectorias más cortas y directas para reducir los tiempos de vuelo y las emisiones; que amplían el tiempo de vuelo a gran altura, que consume menos combustible; que evitan el consumo innecesario de combustible en las zonas de rodadura y esperas innecesarias en pista o en el aire con motores encendidos.
Producido por EcoBrands