elEconomista.es

Ofrecido por

logo

Inversión Climática 2.0: la colaboración con las empresas como clave del éxito

  • Muchas empresas que emiten grandes cantidades de CO2 a la atmósfera tendrán un papel crucial en la transición verde y la descarbonización en el futuro
Ana Delgado

Las finanzas climáticas son cada vez más competitivas y complejas. Lo que está claro es que el cambio climático sigue siendo una clara oportunidad de inversión. Durante años, los inversores han creído que para invertir en empresas cuya actividad tuviera una repercusión en el clima y en el medio ambiente, era necesario sacrificar rentabilidad. Pero Nordea Asset Management (NAM) demostró con la trayectoria del reconocido Nordea 1 - Global Climate and Environment Fund que no era cierto.

Esta sería la primera generación de inversión sostenible, que consistía en invertir en líderes climáticos que aportaran soluciones para mejorar la eficiencia de los recursos y contribuir en la lucha contra el cambio climático. Después de más de 15 años de experiencia, la gestora nórdica está inmersa en la nueva generación de inversiones sostenibles. Es lo que llaman "Inversión Climática 2.0" y radica en colaborar de manera activa con las empresas que se han quedado rezagadas en materia climática para destapar su potencial oculto.

Por ello, desde abril del año pasado, se lanzó Nordea 1 - Global Climate Engagement Fund. Un fondo de gestión activa centrado en empresas que demuestran voluntad de cambio para alinear sus modelos de negocio con los objetivos del Acuerdo de París, y que puedan ofrecer buenas perspectivas de crecimiento a sus inversores. Porque para que el mundo tenga éxito en la transición hacia una economía sostenible es necesario que se produzca una enorme transformación en muchas industrias.

"Queremos apostar por las oportunidades que el mercado está dejando de lado y colaborar con los equipos directivos para empujar a las empresas en la buena dirección", señala Alexandra Christiansen, gestora de cartera del Nordea 1 - Global Climate Engagement Fund en Nordea Asset Management.

En este sentido, Nordea 1 - Global Climate Engagement Fund tiene como objetivo desde abril de 2022 dirigirse a las empresas en las primeras etapas de transición hacia modelos de negocio más sostenibles.

"Queremos apostar por las oportunidades que el mercado está dejando de lado y colaborar con los equipos directivos para empujar a las empresas en la buena dirección"

La disyuntiva de la industria pesada

Lo cierto es que muchas empresas que emiten grandes cantidades de CO2 a la atmósfera tendrán un papel crucial en la transición verde y la descarbonización en el futuro. Excluirlas de las carteras puede ser bueno en la teoría, pero tendrá un impacto limitado en el mundo real. En este contexto, Nordea AM cree que la colaboración o engagement, es un factor fundamental para que estas empresas asuman compromisos con total transparencia, donde los equipos de gestión se responsabilicen y midan el progreso para así demostrar la viabilidad de sus planes de sostenibilidad en la práctica, así como asignando capital que los respalde.

Por ejemplo, materiales como el cemento, el acero, los productos químicos ... forman parte de nuestra vida cotidiana. Pero estas industrias son igualmente contaminantes ya que generan más del 75% de las emisiones nocivas para la atmósfera. En promedio, se emiten 1,83 toneladas de CO2 por cada tonelada de acero producida, lo que hace que la producción de acero sea un importante contribuyente al calentamiento global, añadiendo más de 3,3 millones de toneladas anuales a las emisiones globales. Esto significa que es poco probable que las empresas en este sector se incluyan en muchas estrategias de inversión centradas en sostenibilidad. Sin embargo, la industria del acero es un facilitador estructural clave en la transición energética.

De igual manera, las empresas necesitan un plan creíble sobre la gestión de recursos naturales. Esto incluye el uso de materiales reciclados y renovables, la reducción del uso de suministros clave y la maximización de la eficiencia de los recursos en la fabricación.

Muchas de estas empresas necesitan adaptarse para reducir su huella medioambiental, pero han sido excluidas por los inversores debido a su alto perfil de emisiones. Con el impulso necesario, pueden ajustar sus modelos de negocio y generar valor a los inversores utilizando, por ejemplo, energías alternativas o desarrollando nuevos productos sostenibles. "Tenemos que darles a las empresas un tiempo razonable para aplicar los cambios que promovemos", matiza Christiansen.

La colaboración con las empresas puede ser la clave del éxito

En este sentido, los equipos directivos deben estar dispuestos a reposicionar sus empresas para que sean resilientes a la transición y a los riesgos físicos del cambio climático. A través del proceso de colaboración, desde Nordea AM trabajan con los equipos directivos para establecer y evaluar objetivos a corto, medio y largo plazo, con revisiones periódicas de cada progreso.

Su equipo especializado en Renta Variable cuenta con más de 26 profesionales de inversión, el cual trabaja de manera simultánea con el de Inversiones Responsables, un equipo multidisciplinar de 23 expertos en materia climática y analista de impacto y ESG.

"La colaboración es la piedra angular de la estrategia por la que elegimos las acciones de empresas que tienen la posibilidad y la voluntad de mejorar"

Con todo, y como subraya Christiansen: "La colaboración es la piedra angular de la estrategia por la que elegimos las acciones de empresas que tienen la posibilidad y la voluntad de mejorar". Por tanto, el crecimiento futuro de una empresa depende de su respuesta a los desafíos globales asociados al cambio climático. De esta manera, las empresas que logran encontrar una forma de ejecutar sus operaciones con un método más eficiente no sólo crean las condiciones propicias para un futuro sostenible, sino que además representan grandes oportunidades de inversión.

Producido por EcoBrands.