¿Puede un residuo orgánico ser combustible para tu vehículo?

  • Los combustibles renovables pueden utilizarse en los motores de combustión de los vehículos actuales
  • No requieren ningún tipo de modificación y permiten aprovechar la infraestructura actual de repostaje
Ana Delgado

"¿Pero qué haces Doc?" le preguntaba Marty McFly cuando veía a su amigo usar residuos orgánicos como combustible del DeLorean. Esta escena, que parecía ciencia ficción, hoy en día puede convertirse en realidad. De hecho, en España, todos los carburantes que repostamos actualmente en las estaciones de servicio incluyen ya un 10% de biocombustible, un porcentaje que irá aumentando progresivamente en los próximos años.

Necesitamos una amplia gama de soluciones para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero del transporte en 2050, hasta un 90% en comparación con los niveles de 1990. Esta es la hoja de ruta de la Unión Europea y en este contexto, "es importante que los ciudadanos estén bien informados sobre las distintas alternativas que existen para la descarbonización de la movilidad, entre ellas, los combustibles renovables que tienen aplicación inmediata y son ya una realidad", afirma António Calçada, director General de Fundación Repsol.

Biocombustibles avanzados y combustibles sintéticos

Los combustibles renovables "se producen a partir de materias primas de origen residual y sostenible que pueden renovarse de manera ilimitada", explica Claudia Esarte, experta en combustibles renovables de Repsol Technology Lab, el centro de innovación de Repsol. Estos combustibles producidos a partir de aceites de fritura, residuos agroforestales o grasas animales se conocen como biocombustibles avanzados. Todos los residuos empleados ya no son aprovechables por el ser humano. Los residuos de la actividad ganadera, como los purines, así como los derivados de la gestión forestal o agrícola (poda o restos de desbroce) también sirven como materias primas para su producción.

Otro residuo que también puede convertirse en materia prima es el CO2. "Es un sub-producto de ciertos procesos y puede capturarse directamente de la atmósfera, de manera que también sirve como materia prima para producir combustibles sintéticos", aclara Esarte. Aunque comparten ventajas y utilidades, biocombustibles avanzados y combustibles sintéticos se diferencian en el tipo de residuos que se utilizan para su elaboración. Así, en el caso de los sintéticos, el CO2 se mezcla con hidrógeno renovable para conseguir un combustible líquido renovable.

Biocombustibles avanzados y sintéticos tienen aplicación inmediata ya que, según Esarte, "sus características son muy parecidas a las de los combustibles actuales y, de hecho, son una solución compatible con los motores e infraestructuras existentes". Estos combustibles permiten a los usuarios finales elegir esta solución de descarbonización inmediata sin tener que hacer cambios en sus vehículos ni modificar las rutas por las que circulan, ya que pueden repostar en las infraestructuras habituales.

Una alternativa inmediata para la reducción de emisiones

El uso de los biocombustibles avanzados permite reducir las emisiones de dióxido de carbono gracias a que el CO2 liberado durante su uso es equivalente al CO2 que se ha retirado previamente de la atmósfera, ya que la materia prima usada para su obtención es de origen orgánico, lo que lo convierte en un combustible cero emisiones netas. En el caso de los combustibles sintéticos, el balance cero de emisiones netas se consigue gracias a que el hidrógeno con el que se elaboran se genera con energía renovable y, además, se le añade CO2 de origen residual.

En el proceso de implementación de soluciones a corto plazo, "los biocombustibles o e-fuels, para nosotros van a jugar un papel fundamental en tanto que permiten descarbonizar o hacer que lleguemos a la descarbonización de una manera no tan traumática", señala Juan Sánchez, director general de Acotral, empresa de transporte de mercancías. Con una perspectiva más a medio plazo, Carlos Giner, director corporativo de la División de Transporte de Sesé, apunta cómo "la utilización en un futuro de combustibles sintéticos permitirá reducir las emisiones hasta un 90%".

Dado que estos combustibles renovables son compatibles con los motores de combustión, "vamos a aprovechar el parque de vehículos actuales y hacer uso de la tecnología que ya es madura, con todo lo que ello conlleva". Además, Sánchez destaca cómo el uso de biocombustibles avanzados permite "aprovechar también las cadenas de suministro, fabricación y distribución que ya existen. Una ayuda total a su implantación".

En las sociedades modernas, los sistemas de producción y consumo dependen del transporte. Ruggero Mughini, director general de Iveco para España y Portugal apunta cómo estos combustibles renovables "cumplen con la exigencia más grande del transporte de mercancía internacional, que requiere grandes autonomías, una cierta potencia y un vehículo que está trabajando 150.000 km por año. Con estos combustibles podemos seguir cumpliendo con esas prerrogativas para nuestros clientes".

En España ya existen diez estaciones de servicio que ofrecen diésel 100% renovable en ciudades como Madrid, Barcelona, Zaragoza, Ávila, Toledo o Valencia. A finales de 2023, Repsol contará con 50 estaciones de servicio que expenderán combustible 100% renovable en las principales ciudades y corredores de transporte de la Península Ibérica. El futuro es ya presente y renovable. Sólo queda que Doc aparezca de nuevo y nos diga que tenemos que regresar.

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