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El poder de la conexión humana en un mundo digitalizado

  • Merece la pena pararse a pensar lo importante que es el trato humano en un mundo digitalizado
  • El uso de la tecnología crece tan rápido que ofrecer atención personal y cariño se convierte en un acto revolucionario
  • ¿Quién romperá este esquema tecnológico establecido?

No es ninguna novedad que las nuevas tecnologías son una auténtica revolución. Ya sea por trabajo o por entretenimiento, prácticamente todas las personas viven por y para ellas. ¿Quién no usa un smartphone, una tablet o un ordenador a diario? Nunca antes había sido posible acceder a tanta información con esta inmediatez.

Gran parte de las tareas cotidianas ya son realizadas por robots o requieren de la ayuda de la Inteligencia Artificial, muchas veces sin tan siquiera darnos cuenta. Solo basta con llamar al centro médico para escuchar la voz de un contestador automático que responde de manera artificial y que trata a la persona como un simple robot. Pero, no solo ocurre en la administración pública, cada vez más empresas recurren a esta práctica. Desde la atención al cliente hasta las compras en línea, muchos procesos se están digitalizando. Según un informe del Foro Económico Mundial, casi un 25% de los puestos de trabajo se verán afectados por la tecnología. Dicho de otra forma, 300 millones de empleos en todo el mundo se verán interrumpidos por su implantación.

El factor humano está desapareciendo. En su lugar, está surgiendo un mundo cada vez más frío, donde mostrar cariño y cercanía se convierte en un acto revolucionario. Es cierto que las tecnologías ofrecen grandes ventajas. Han traído consigo comodidad y eficiencia, al mismo tiempo que nos han permitido avanzar como sociedad y lograr cosas que nunca antes habíamos logrado. Sí, las necesitamos. Pero, ¿a qué coste? Un accidente de coche, la rotura de un cristal de casa en pleno invierno o una emergencia sanitaria son momentos que requieren de la ayuda y la compresión que solo una persona puede proporcionar. Nadie quiere escuchar una voz predeterminada en estas situaciones respondiendo a todos los problemas por igual.

Hay una sensación de desapego general, fomentado por relaciones impersonales, respuestas predefinidas y la sensación de ser solo otro número más en un gran sistema. En este contexto, las empresas que se oponen a perder el contacto humano son las auténticas innovadoras. Aquellas que se destacan por su enfoque humano y por su capacidad de empatizar con las personas, comprender sus preocupaciones y atender de manera cercana sus problemas son ahora las que realmente destacan sobre las demás. El pensamiento es claro: desarrollar y utilizar tecnologías para facilitar el trato y ayudar a las personas, no a la empresa.

El ser humano quiere ser escuchado y que sus preocupaciones y necesidades sean atendidas. En un mundo lleno de respuestas automáticas, sin sentimientos, se buscan ferozmente estas interacciones personales y auténticas, lo que las convierte en aún más valiosas. Por suerte, detrás de esta tecnología, hay muchas personas dispuestas a recuperar lo más valioso, la conexión humana. Ese momento en el que alguien se toma su tiempo para comprender las emociones, circunstancias y problemas de una persona, para ofrecer una solución adaptada, no tiene precio. Así, nace una conexión genuina, que trasciende más allá de una mera transacción comercial.

Resulta reconfortante saber que hay empresas dispuestas a brindar algo más allá de lo superficial. Solo hay que imaginar una situación en la que haya que contratar un seguro. Es una decisión importante. El problema es que la mayoría ofrecen soluciones estandarizadas y un trato nada cercano. Generali supone un soplo de aire fresco entre esta marabunta, porque sigue siendo una de las pocas aseguradoras que pone su enfoque en el trato humano y personalizado. Para ello, Generali cuenta con una de las más amplias redes de asesores en nuestro país.

Sus agentes, repartidos por toda España, se encargan de proteger lo más importante que tiene una persona como puede ser la salud o el hogar. Su figura es clave en la relación entre la empresa aseguradora y el tomador. Además, es una de las pocas profesiones que se mantendrá activa laboralmente ante el imparable proceso de digitalización, porque el ser humano siempre ha tenido y tendrá unas necesidades que cubrir. Por otro lado, el envejecimiento de la población obliga a aumentar la previsión y el ahorro para la jubilación, lo que recalca nuevamente su figura. Todos estos puntos no hacen más que describir la importancia de un agente de seguros y su gran proyección de futuro.

A través de ellos, Generali recuerda que a pesar del necesario avance tecnológico, la conexión humana sigue siendo fundamental. Por supuesto, la compañía hace uso de ella, pero también es de las pocas que aporta asesoramiento personal y una figura de confianza ante problemas reales. Sus agentes se desplazan para asesorar al cliente y estar cerca de él en momentos importantes como valorar la suma asegurada de una vivienda o ayudando a diseñar seguros tan sensibles como los relacionados con accidentes. Si no es posible hacerlo en persona, tranquiliza saber que al otro lado del teléfono existe una persona que es capaz de empatizar y comprender las inquietudes que puede haber en situaciones difíciles. No se busca crear una relación de cliente, sino una relación amistad.

REALIZADO POR ECOBRANDS

Este contenido ha sido elaborado por EcoBrands, unidad de Branded Content de elEconomista.es para Generali.

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