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La fotovoltaica y su valor ambiental añadido en Extremadura

  • El 81% de la potencia instalada en la región corresponde a plantas de generación de energía eléctrica renovable

Extremadura lidera en España el despliegue de energía fotovoltaica con 5.365 MW instalados, un 27% del total nacional. A ello se unirán próximamente otros 725 MW que están en construcción y 2.240 MW que cuentan con autorización administrativa. La solar fotovoltaica es la tecnología mayoritaria en la estructura de potencia instalada de Extremadura representando el 50,6% del total.

De esta forma Extremadura con 6.953 GWh producidos con tecnología solar fotovoltaica en 2022, un 25% del total nacional, y contribuye de forma destacada a la soberanía energética de Extremadura y de España y a la lucha contra la emergencia climática.

En 2022, la producción de energía eléctrica regional a partir de instalaciones fotovoltaicas supuso un 148% de la demanda de energía eléctrica en Extremadura. En conjunto el 81% de la potencia instalada en Extremadura corresponde a plantas de generación de energía eléctrica renovable y el 39% de la energía producida tiene carácter renovable.

Si España ocupa la segunda posición en Europa en energía generada a partir de la tecnología solar y la tercera posición en potencia solar instalada, Extremadura ocupa la primera posición en España tanto de potencia instalada como energía generada en fotovoltaica.

El desarrollo energético renovable en Extremadura está representando una palanca para el dinamismo económico, en particular, en el ámbito rural. Los impactos se están haciendo notar en términos de inversión y de empleo con cerca de 3.000 millones de euros invertidos en los últimos cuatro años y más de 14.000 contrataciones.

Además la generación fotovoltaica se configura como un elemento añadido de competitividad para las empresas extremeñas dado el potencial menor coste de la energía renovable, en un contexto que aún continúa de turbulencias en los precios.

Asimismo la amplia disponibilidad de energía limpia y a un coste muy razonable genera un importante efecto arrastre sobre el conjunto de los sectores económicos extremeños y mejora la competitividad regional. El desarrollo renovable está beneficiando a sectores como la construcción, la industria del metal o los servicios de ingeniería y mantenimiento, además de incentivar la investigación y la innovación en aspectos clave como el almacenamiento.

Y por otra parte ya son numerosos los ejemplos de localización en Extremadura de proyectos industriales de la cadena de valor industrial de vanguardia del sector energético y de otras empresas industriales de última generación. La importante presencia de la producción renovable les otorga un mayor atractivo como destino inversor.

La energía se ha convertido en un motor de cambio para favorecer la industrialización de Extremadura. La transición energética es una senda sin retorno. Extremadura está sabiendo forjar una fructífera alianza con el sector energético para aprovechar su gran potencial renovable, especialmente en el ámbito fotovoltaico.

En este escenario, Extremadura mantiene su compromiso de avance hacia un nuevo modelo energético limpio en paralelo a la defensa de la sostenibilidad y la gran riqueza medioambiental que la caracteriza. En este sentido, hay que resaltar que en todo el procedimiento de la expansión fotovoltaica se ha cumplido con la exigible y más exigente evaluación ambiental, priorizando los emplazamientos en terrenos poco productivos y respetando las zonas más fértiles de la región.

Todos los proyectos fotovoltaicos han tenido que superar el máximo control medioambiental, teniendo el más escrupuloso respeto al patrimonio natural presente en la geografía extremeña. En cada proyecto fotovoltaico se lleva a cabo una detallada integración ambiental de las plantas solares, tanto con medidas preventivas como correctoras o compensatorias. Si se alcanzan los objetivos de despliegue del desarrollo fotovoltaico a fines de la presente década el territorio ocupado por el mismo sólo supondrá el 0,8% de la geografía extremeña.

En Extremadura, la Evaluación Ambiental se ha mostrado una herramienta eficaz y suficiente para integrar la biodiversidad en el desarrollo fotovoltaico para, preventivamente, no ocupar áreas importantes para especies incompatibles, para adecuar las infraestructuras fotovoltaicas en las distintas fases (diseño, construcción, explotación y desmantelamiento) y desarrollando proyectos de investigación y de gestión de conservación de hábitats o especies amenazadas con la compensación de los impactos residuales.

Desde la Junta de Extremadura se ha venido fomentando y trabajando en la implantación de un nuevo modelo energético que minimice los potenciales impactos sobre el terreno y la fauna y la flora presente.

La Junta de Extremadura lleva más de un lustro haciendo un esfuerzo en investigación sobre la biodiversidad, especialmente en análisis del uso del espacio por radioseguimiento en especies amenazadas que ha permitido obtener un nivel de información muy amplio sobre estas especies lo que permite adoptar decisiones sólidas y eficaces para su preservación.

Encharcamiento temporal mediterráneo en planta FV Veracruz.

Estas investigaciones evidencian que una de las consecuencias ambientales de las plantas solares fotovoltaicas es la disminución de la presencia en el territorio extremeño de una serie de actividades que venían provocando una disminución de la biodiversidad, como la intensificación agrícola, ganadera, o la presencia humana, y esto provoca incrementos de la biodiversidad, convirtiéndose las plantas en refugios para la conservación de anfibios, reptiles, artrópodos, etc. Las instalaciones fotovoltaicas pueden convertirse en una oportunidad para la biodiversidad porque en estas plantas se eliminan numerosos factores adversos a la biodiversidad (laboreo, fitosanitarios, sobrepastoreo, presencia humana, etc.) y se generan islas de biodiversidad, que pueden llegar a tener importancia internacional a efectos de conservación de la biodiversidad.

Para ello, desde la administración extremeña se viene modelizando desde hace años la capacidad de acogida del territorio a los proyectos fotovoltaicos, desarrollándose además una ambiciosa campaña de conservación de aves esteparias, contando con ONG´s especializadas, de forma que con la información obtenida, se actualiza permanentemente la capacidad de acogida del territorio a los proyectos renovables.

Es posible integrar la biodiversidad en los proyectos fotovoltaicos con toda la información, con conocimiento y precisión, con cartografía y analizando la idoneidad del proyecto en especies sobre las que se ha detectado un efecto positivo de las plantas fotovoltaicas como son el lince ibérico o el sisón.

En entornos de aves esteparias se ha podido medir el impacto real de las instalaciones fotovoltaicas a medio plazo, con un resultado favorable. Se ha contrastado que las poblaciones de aves existentes en las plantas solares que se instalaron hace unos quince años son muy superiores a las del entorno, reproduciéndose en su interior aves como el alcaraván común, la carraca o el cernícalo primilla. El sitio más usado para dormir por el cernícalo primilla es una planta fotovoltaica, porque está tranquilo y no hay gente y no puede entrar tampoco ganadería.

La población de sisón en el entorno de estas plantas fotovoltaicas es la única que no presenta una gran disminución de toda Extremadura. Un ejemplo de esta labor son algunas plantas solares instaladas en la provincia de Cáceres donde se ha establecido una reserva de más de 500 hectáreas para la conservación del sisón.

Pero es necesario ir más allá y contrastar científicamente los impactos del despliegue fotovoltaico para evitar poner en peligro zonas con valor ecológico y gestionar adecuadamente los cambios que provocan.

La Universidad de Extremadura está llevando a cabo un programa investigación, de vigilancia y seguimiento ambiental con el objetivo de analizar y profundizar en el comportamiento de numerosos parámetros sobre las dinámicas de biodiversidad que se producen en los enclaves de las plantas fotovoltaicas localizadas y que vierten en el nudo de San Servan, sobre la afección al suelo, a la vegetación, a los invertebrados terrestres, a los vertebrados, a las aves con el objetivo prioritario de evitar cualquier pérdida de biodiversidad en las instalaciones fotovoltaicas.

Son cada vez más y más clarificadores los informes científicos que avalan que las plantas solares fotovoltaicas contribuyen a la conservación de la biodiversidad. Con la gestión adaptativa previa pueden diseñarse para incrementar la biodiversidad respetando los valores ambientales presentes, aportando mejoras en la calidad de los distintos componentes del capital natural (aire, suelo, agua, biodiversidad, generación de energía renovable, economía) generando mayores servicios ecosistémicos a la sociedad como pueden ser el incremento de polinizadores, la disminución del riesgo de erosión, la contribución a la fijación de carbono, la retención de agua en el suelo, una menor contaminación de acuíferos, la producción de alimentos más sostenibles, el efecto de la atenuación climática, o favoreciendo menores riesgos frente a avenidas.

El fin último que se promueve desde Extremadura es favorecer un desarrollo sostenible lo que implica necesariamente compatibilizar la transformación energética con el desarrollo económico y con la preservación de la flora, la fauna y el suelo.

REALIZADO POR ECOBRANDS

Este contenido ha sido elaborado por EcoBrands, unidad Branded Content de elEconomista.es para la Junta de Extremadura.

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