Para asegurar el confort durante el invierno es muy importante que los hogares cuenten con una ventilación adecuada y un buen aislamiento térmico, de manera que sea posible mantener la temperatura idónea. De esta forma, se optimizará la inversión y se garantizará la eficiencia energética de la vivienda.
En los últimos años, en los que la necesidad de ahorrar en energía se ha puesto de manifiesto tanto por una cuestión medioambiental como por el incremento de su coste, han surgido tendencias y alternativas con las que mejorar el rendimiento energético de nuestros hogares.
¿Cómo puedo mantener mi casa caliente durante los meses más fríos?; ¿se puede lograr sin mucho coste y de forma eficiente? Estas son dos de las preguntas más recurrentes cuando bajan las temperaturas. Después de una búsqueda rápida en Google, el buscador devuelve más de 26.200.000 resultados. Esto quiere decir que hay más de 26 millones de páginas en internet que tratan de arrojar luz sobre esta cuestión. Es evidente que el ahorro energético y la eficiencia de los hogares son aspectos que preocupan a la ciudadanía, lo cual es lógico, teniendo en cuenta que la calefacción supone el 41,5% del consumo de energía en el sector residencial, de acuerdo con los datos del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE).
Sin embargo, existen ciertas medidas y decisiones que pueden tomarse y que facilitarán la consecución de la temperatura idónea en la vivienda, ahorrando dinero y contribuyendo a la sostenibilidad.
1. Un sistema de calefacción para cada vivienda
Antes de tomar cualquier tipo de medida, es necesario entender bien el sistema de calefacción que tenemos instalado en casa. Los sistemas de calefacción están compuestos de tres elementos: la fuente de energía (gas, gasoil o electricidad, generalmente); un sistema de generación de calefacción que transforma esa energía (la caldera, una estufa, una bomba de calor, etc.) y, por último, los elementos difusores que distribuyen el calor en la vivienda (los radiadores, suelos radiantes, estufas…).
"Hay múltiples soluciones y no hay una ideal para todos los casos", explica María Cruz Solano, experta en Eficiencia Energética de GNE Finance, una empresa especializada en la rehabilitación energética de viviendas. "En principio la calefacción por radiación es la más eficiente, pero no será la idónea en todos los casos. Dependiendo del sistema que tengamos instalado, será más adecuado tener el termostato a una temperatura constante durante todo el día o será más adecuado encender y apagar", aclara.
Si, además, esa calefacción por radiación se genera a través de un sistema de aerotermia o de geotermia, estaríamos ante una de las combinaciones ganadoras en términos de eficiencia. "La aerotermia o la geotermia aprovechan la energía que hay en la tierra y el aire para generar el calor que necesitamos en nuestro hogar a través de unas bombas de calor. Estos sistemas actualmente están muy de moda y estamos tendiendo mucho a instalarlos en nuestros hogares", señala Borja Giménez, experto en negocios de bajas emisiones de Repsol.
2. Situación y uso de la casa
El uso de la vivienda, así como el estilo de vida de sus habitantes y su modelo de consumo, también son factores a tener en cuenta. Para una vivienda habitual, en la que se reside la mayor parte del tiempo, la aerotermia puede ser una estupenda opción. En cambio, "si te vas a una vivienda de fines de semana o localizada en un entorno rural o más frío, la aerotermia no sería el sistema más recomendable, porque vas a tardar en calentar tu casa cuando lo que quieres es calentar muy rápido para estar a gusto esos dos días", asegura Borja Giménez. En esos casos, opciones como el gasóleo, estufas o las propias chimeneas de toda la vida, pueden ser alternativas mejores. "En climas más cálidos, con el propio split del aparato de aire acondicionado, que genera calor, nos puede valer", asegura el experto.
3. Optimizar la ventilación y el aislamiento de las ventanas
Gestos tan sencillos como abrir las ventanas en momentos puntuales también pueden ser útiles para mantener el calor. Con la llegada del frío, podemos pensar que por lógica es mejor no hacerlo o hacerlo solo una vez al día. "Debemos aprender a utilizar bien nuestras viviendas. En invierno, sobre todo, hay que abrir varias veces las ventanas, poquito rato para evitar que se enfríen demasiado", detalla María Cruz.
Otra recomendación de esta experta en eficiencia es cerrar las persianas antes de que se vaya el sol para retener el calor.
4. Un abrigo a medida para el hogar
El 25% del calor de una casa se puede perder por ventanas mal aisladas. Por lo tanto, es importante frenar las pequeñas corrientes de aire que pueden entrar por las fisuras. Con pavimentos de materiales muy fríos, poner alfombras gruesas puede ser una alternativa. También, usar cortinas de lana para evitar esas corrientes. "Es como vestir nuestra casa igual que nos abrigamos nosotros en invierno", ejemplifica la experta.
5. Poner a punto la caldera
Tener a punto la caldera nos puede ayudar a ahorrar hasta un 15% de energía. Sin embargo, la vida útil de las calderas oscila entre los ocho y los diez años. Llegado el momento de cambiarla, cabe plantearse si es más adecuado invertir en un sistema de calefacción más novedoso y eficiente, y como la aerotermia. Según Borja Giménez, "siempre da miedo porque parece que tienes que hacer un gran cambio, pero es sencillo ver si tu sistema está habilitado para ello. Si los radiadores y el sistema de distribución del calor son aptos, al final solo tendrías que cambiar el equivalente a la caldera".
6. El termostato, ¿a qué temperatura?
Una cuestión que siempre genera dudas es cuál es la temperatura ideal de una casa en invierno. Los expertos indican que, desde el punto de vista de la salud, lo idóneo estaría en torno a los 21 y los 23 grados, aunque dependerá de la estancia o del tipo de actividad que estemos realizando. "Por ejemplo, a la hora de dormir sí que sería necesario bajar un poquito estas temperaturas, en torno a los 17-18 grados, porque nos van a ayudar a tener un descanso mejor", señala María Cruz.
Si después de tomar todas estas medidas continúa la sensación de que el sistema de calefacción no es eficiente ni el nivel de confort satisfactorio, puede que haya llegado el momento de plantearse hacer una inversión. "Ahora es un momento clave porque tenemos las ayudas de los fondos Next Generation para ayudar proteger nuestras viviendas y mejorarlas", concluye la experta.
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