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Seguridad biométrica e IA, las armas en la lucha contra el fraude bancario

  • Ofrecido por Nuance Communications
  • Los sistemas basados en el conocimiento se han quedado anticuados
Brett Beranek, VP & General Manager, Security and Biometrics en Nuance Communications.

*Por Brett Beranek, VP & General Manager, Security and Biometrics en Nuance Communications

El fraude en el sector bancario es tan habitual como frustrante para sus víctimas, tanto clientes como empresas. Incluso cuando se consigue reembolsar las pérdidas financieras gracias a las protecciones establecidas por los reguladores y los propios bancos, el estresante trabajo necesario para poner las cosas en orden puede llegar a ser devastador. Esta situación se hace más crítica en tiempos como los que estamos viviendo recientemente, donde la inflación ha provocado que los consumidores no lleguen a tener la flexibilidad necesaria para afrontar incluso una pérdida temporal de fondos.

Según datos del informe anual Global Identity & Fraud Report, realizado por Experian sobre identidad y fraude, España se sitúa como el segundo país en el que los usuarios se muestran más preocupados por el fraude online, tan solo por detrás de Estados Unidos. Para hacer frente a ello, el 100% de las empresas españolas encuestadas afirmaron apuntar mayores inversiones durante el 2022 en relación con la IA y la verificación y autentificación de los clientes.

Todo ello añade una gran necesidad de que el sector financiero afronte el fraude de forma proactiva y tecnológicamente sofisticada. Siempre existe, por supuesto, un incentivo económico para hacerlo: el fraude tiene consecuencias directas sobre los ingresos, mientras que el entorno regulatorio hace que enmendar los problemas sea una experiencia costosa. Asimismo, no debe subestimarse el daño a la reputación que se produce de cliente a cliente cuando se produce un fraude.

Pero lo que es igual de importante, y especialmente en el contexto actual, es que hay un elemento de protección social en juego. Al prestar un servicio vital y de confianza a usuarios a menudo económicamente vulnerables, los bancos y el sector financiero en general tienen la obligación ética de hacer todo lo posible para proteger a las personas del fraude. Esto es muy importante ya que esos usuarios pueden no estar al tanto de las amenazas más probables.

Una identificación mejorada y segura

La respuesta del sector al fraude no puede basarse únicamente en educar y persuadir a los consumidores para que actúen de forma más rigurosa y consciente de la seguridad. La continua evolución de las amenazas y el hecho de que los usuarios con poco tiempo exijan un acceso fácil a sus finanzas, hacen que los nuevos enfoques tecnológicos que ofrecen una protección adicional invisible y sin fricciones sean increíblemente valiosos.

En concreto, las organizaciones deben estar más decididas a ir más allá de un marco de seguridad tradicional basado en los PIN y contraseñas para proteger las cuentas. Aunque son fáciles de entender y utilizar para los usuarios, también son fáciles de compartir con otros y, por tanto, abren una oportunidad para que los estafadores manipulen su forma de acceder a las cuentas. Lo mismo ocurre con otros métodos basados en el conocimiento, como las preguntas de seguridad y el acceso a determinadas bandejas de entrada de correo electrónico.

En este sentido, la seguridad biométrica impulsada por IA está emergiendo rápidamente como un arma vital en la lucha contra el fraude. La biometría de voz, por ejemplo, analiza en tiempo real la voz de un usuario mientras habla, por ejemplo, cuando pronuncia una frase determinada para comprobar su identidad. Con millones de datos sobre aspectos como el tono, la pronunciación de las vocales o el tono nasal de una persona, la herramienta de IA puede relacionar la voz con el hablante con un alto grado de certeza.

El resultado clave es una medida de seguridad que, a diferencia de una contraseña, no puede ser imitada por un posible atacante. Al mismo tiempo, proporciona un proceso de seguridad intuitivo y fácil de usar que el usuario no puede perder ni olvidar, lo que puede mejorar significativamente la facilidad de uso y eliminar frustrantes obstáculos en la experiencia del cliente.

La biometría de voz es solo una de las muchas herramientas análogas que están teniendo éxito en el mercado. La biometría conversacional, por destacar otra más, también puede introducirse como medida permanente: el análisis de la forma en que las personas utilizan el lenguaje, en términos de vocabulario, ortografía y estructura de las frases, en interacciones como el correo electrónico y el chat en directo, puede proporcionar una señal temprana de que pueden no ser quienes dicen ser, lo que permite a los equipos intervenir antes de que se produzca la pérdida.

Otra ventaja de este tipo de enfoques es que, además de identificar positivamente a un cliente, también pueden servir para identificar a defraudadores conocidos o sospechosos. Al incluir determinados perfiles biométricos en una lista de vigilancia y someterlos a un mayor escrutinio en el sistema, el sector puede dificultar considerablemente las operaciones de los agentes maliciosos y reducir así el incentivo para intentar cometer un fraude.

En último lugar, cualquier enfoque de seguridad debe evaluarse desde el punto de vista global del uso de los servicios bancarios y financieros: no solo con qué éxito previene las actividades fraudulentas, sino la importancia de las pérdidas que puede evitar, cómo afecta a la experiencia del usuario, si es accesible para un amplio abanico de clientes y en qué medida puede responder a futuras amenazas emergentes.

En definitiva, los sistemas basados en el conocimiento se han quedado anticuados, pues ofrecen grandes oportunidades a los atacantes y, con demasiada frecuencia, suponen un obstáculo para los usuarios. La biometría que utiliza el análisis de la inteligencia artificial, y por tanto va más allá de los simples atajos de los sistemas basados en huellas dactilares, es la tecnología adecuada para adelantarse a las amenazas y evitar que los clientes sufran un ciberataque.

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