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Cómo enseñar al cuerpo a crear su propia respuesta inmune

  • En colaboración con Moderna
  • El ARNm permitirá cambiar el paradigma de la medicina, mejorar la vida de las personas y encontrar cura para enfermedades que aún no la tienen
Hace más de una década que Moderna creó su plataforma de ARNm.

El ARN mensajero (ARNm) se ha colado en el imaginario popular a raíz de las vacunas desarrolladas para luchar contra la Covid-19. El cuerpo produce más de 100.000 tipos diferentes de proteínas, pero cuando no fabrica la cantidad o el tipo correcto de proteína, puede causar afecciones.

Con el objetivo de despertar la respuesta inmunitaria, se utiliza la tecnología ARNm para enseñar a nuestras células a producir una proteína, o una porción de ésta, que desencadene la defensa del organismo.

Como explican desde los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), "esta respuesta inmunitaria, que genera anticuerpos, es lo que nos ayuda a protegernos y evitar enfermarnos a causa de ese microbio a futuro". Precisamente, una de las vacunas para luchar contra la pandemia con la tecnología ARNm fue creada por Moderna.

Esta tecnología consigue facilitar a las células la información para que ellas mismas sean las que fabriquen la proteína viral para que el propio organismo genere una respuesta inmune frente al patógeno, es decir, cuando el virus intente atacar a nuestro cuerpo, este será capaz de defenderse porque, anteriormente, ya hemos generado una respuesta inmune contra ese antígeno.

Moderna trabaja para que en 2025 haya, al menos en fase de ensayo clínico, vacunas contra los 15 patógenos que la OMS considera de mayor gravedad para la salud.

Desde hace más de una década, Moderna trabaja en la investigación y producción de diferentes medicamentos a través de su plataforma de ARNm. Es esta misma tecnología y su amplio conocimiento la que permitió adaptar la vacuna actual frente a la Covid-19 para incorporar la variante Ómicron y lo que les está permitiendo una gran flexibilidad y agilidad a la hora de crear y ofrecer soluciones eficaces en tiempo récord para luchar, ahora y en un futuro, contra enfermedades que actualmente no tienen ninguna opción terapéutica.

Cambiar el futuro de la medicina

Tras demostrarse a través del desarrollo de la vacuna que el ARN mensajero ha funcionado con éxito frente al coronavirus, Moderna ya está desarrollando otros tratamientos efectivos para otras enfermedades como el cáncer o el VIH, con la convicción de que esta tecnología podrá cambiar el futuro de la medicina, encontrando la cura para enfermedades que hoy en día no la tienen.

Con este objetivo, el pasado mes de octubre se conocía que Moderna está desarrollando una vacuna personalizada contra el cáncer que se basa en esta tecnología, que utiliza fragmentos de código genético de los tumores de cada paciente para construir un ARN.

Eso se traduce en unas proteínas que reconoce el sistema inmunitario para que éste desarrolle una respuesta inmune y así atacar las lesiones del cáncer. Esta vacuna, en Fase 2 de desarrollo, está diseñada para personas con melanoma de alto riesgo y se administrará a los pacientes después de la cirugía para evitar que el tumor regrese y se adapta a cada uno de ellos, lo que implica que no habrá dos vacunas iguales, es decir, se trata de vacunas personalizadas.

La compañía estadounidense se ha convertido en uno de los mayores proyectos biotecnológicos por su innovadora propuesta de soluciones terapéuticas basadas en el ARN mensajero. Actualmente, están desarrollando vacunas combinadas respiratorias como, por ejemplo, una de gripe y Covid-19 y también una vacuna panrespiratoria que combina gripe, Covid y VRS. El objetivo de la compañía es el de poder proteger frente al mayor número de virus respiratorios con una única inyección.

En este sentido, hay diversos virus que no cuentan con una vacuna para hacerles frente. A este respecto, en Moderna están trabajando en una cartera de vacunas de primera clase contra virus latentes como el citomegalovirus (CMV), el virus de Epstein-Barr (EBV) y el virus de Inmunodeficiencia humana (VIH), entre otros.

La vacuna para la Covid-19 de Moderna se basa en el ARNm.

Además, Moderna trabaja en un proyecto global muy ambicioso. Para 2025 se tendría que lograr, al menos en fase de ensayo clínico, las vacunas contra los 15 patógenos que la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera de mayor gravedad para la salud pública a nivel mundial. Entre ellos se encuentran el VIH, la tuberculosis, la malaria, el chikungunya, el zika, el dengue, la fiebre hemorrágica Crimea-Congo, el ébola, la fiebre hemorrágica de Marburg, la fiebre de Lassa, el MERS, el Nipah, la fiebre del valle del Rift y la fiebre severa con síndrome trombocitopénico.

España, un país estratégico para Moderna

Conseguir los resultados que está obteniendo Moderna requiere de inversión. En este sentido, España se ha convertido en un país clave para el crecimiento y la evolución de la compañía a nivel mundial. De hecho, es uno de los territorios, junto con Estados Unidos, donde más se está invirtiendo por su acceso al talento, la calidad de las infraestructuras, así como la inversión destinada a la ciencia y la innovación.

La biotecnológica tiene una importante inversión a través de la colaboración a largo plazo con Rovi para la fabricación sus vacunas ARNm de Moderna y ya se está sirviendo la vacuna frente al coronavirus a más de 70 países. Además, Moderna ha anunciado que invertirá 500 millones de euros en España para ampliar la capacidad de producción y para construir un laboratorio de pruebas de calidad para sus vacunas de ARN mensajero en la Comunidad de Madrid, que se espera esté operativo en 2023.

Parte de la magia de la plataforma ARNm de Moderna es que, en la misma planta, con la misma tecnología y el mismo equipo, se pueden fabricar todas sus vacunas.

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Este contenido ha sido elaborado por EcoBrands, unidad Branded Content de elEconomista.es.

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