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Domótica contra la crisis energética y a favor del medio ambiente

  • La empresa de crédito al consumo Cofidis recibe un gran volumen de solicitudes
  • Ofrecido por Cofidis

Ya empiezan a bajar las temperaturas, y es que el frío invierno está a la vuelta de la esquina. De nuevo, en plena crisis energética. ¿Ya no hay ninguna forma de evitar las elevadas facturas que tanto afectan al bolsillo de las familias españolas?

Pues sí, hay una excepción: la domótica. Reciente y óptima alternativa. Prueba de ello es el gran volumen de solicitudes que la empresa de crédito al consumo Cofidis recibe con asiduidad para financiar la instalación de estas innovadoras soluciones tecnológicas en los hogares del país.

Qué es la domótica

En término generales, se trata de un conjunto de sistemas tecnológicos para la automatización de casas y edificios de viviendas. Lo que busca principalmente es la comodidad de quienes viven o trabajan en ellas, por lo que su función fundamental es la de agilizar y sintetizar procesos para evitar cualquier esfuerzo físico, como por ejemplo encender y apagar las luces, regular la calefacción o subir y bajar persianas. Pero esto solo es lo más evidente, pues la desconocida domótica para el gran público ofrece mucho más:

Ahorro económico: el beneficio de la domótica que, al final, más le interesa al usuario final. Y es que el simple hecho de tener un exhaustivo control a tiempo real de todos los suministros y electrodomésticos supone a la larga un generoso ahorro energético y económico en las casas. Regulando la climatización en cada estancia según tramos horarios, por ejemplo, los hogares españoles se aseguran de no desperdiciar energía y de distribuirla mejor por todo el espacio. Pero no es lo único que permite que las facturas disminuyan drásticamente, pues entre otras muchas funcionalidades destaca el innovador Modo Sol, que la mayoría de los sistemas domóticos lo incluyen: permite cerrar o abrir las persianas para que pase más o menos luz natural. Así, las casas se mantienen más frías en verano y más calientes en invierno, por lo que claramente se ahorra en calefacción y aire acondicionado.

Accesibilidad y comodidad: Evitar peligrosos esfuerzos físicos es la segunda gran ventana de la domótica. Tener una vivienda domotizada es una excelente forma de facilitar el día a día de quien tenga movilidad reducida o personas de la tercera edad, que por ejemplo no puedan llegar a sitios altos para subir o bajar persianas. Y es que el fácil control de los dispositivos hace que el usuario no tenga ni que levantarse del sofá: la mayoría de las soluciones domóticas pueden ser manejadas desde intuitivas apps instaladas en cualquier smartphone.

Protección y seguridad: en urbanizaciones de alto standing las cámaras de videovigilancia, sin ir más lejos, son uno de los dispositivos domóticos más solicitados para el minucioso control de posibles ladrones en la propiedad. Es más, para disuadirlos, el usuario puede incluso simular la presencia de gente programando a distancia que las luces se activen por las noches durante el periodo en el que no se está en la casa. Y, para terminar y no por ello menos importante, el gran confort familiar que ofrece el hecho de gestionar todos y cada uno de los aparatos de cualquier hogar de forma rápida y sencilla, desde cualquier ubicación geográfica.

En qué hogares puede instalarse

La evolución de la domótica en el mundo ha sido tan vertiginosa que ya hoy día se puede sentenciar sin lugar a dudas que son soluciones que pueden instalarse y adaptarse en toda clase de viviendas: unifamiliares, edificios residenciales, pisos, apartamentos… Por tanto, quienes estén interesados en esta eficiente tecnología solo tienen que hacer esto:

Acudir a un instalador certificado. Desde CEDOM (Asociación Española de Domótica e Inmótica) se sugiere que se debe siempre acudir a un técnico especializado que, en base a sus grandes conocimientos sobre la materia, aconsejará al interesado el modelo que mejor se adapte a sus necesidades y singularidades.

Tecnología al alcance de todos

El último factor relevante a tener en cuenta, es que se trata de una instalación con precios accesibles, que puede pagarse cómodamente si se solicita un crédito. Desde luego, con su rendimiento y eficiencia durante todo el año en el hogar se recupera rápidamente dicha inversión y, de paso, indirectamente se ayuda a proteger al medio ambiente: los sistemas domóticos no solo optimizan el uso de la energía, sino que también regulan el uso del agua y su caudal o incluso el de cualquier otro tipo de combustible.

Ahorro económico, comodidad y lucha contra el cambio climático. El futuro ya está aquí gracias a la domotización de viviendas y, más pronto que tarde, también de empresas.

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