
El otoño es una época maravillosa para explorar la belleza de los paisajes naturales. Los olores cambian, los bosques se tiñen de colores ocre y el aire se vuelve más fresco. Es un momento ideal para salir y explorar el encanto de la naturaleza y degustar la sabrosa gastronomía de esta época. No importa dónde, porque esta emocionante estación se puede disfrutar de muchas maneras. Puede ser un buen momento para hacer un viaje romántico en pareja, aprovechar para hacer una escapada familiar o un viaje de fin de semana con amigos. Con tantos hermosos paisajes y tanta comida deliciosa, no hay excusa para no salir y disfrutar del otoño.
Además, esta estación trae consigo una gran cantidad de productos frescos que son difíciles de encontrar en otras épocas del año como las setas y los hongos, y empieza la temporada de los deliciosos platos de cuchara, desde el cocido o la fabada, pasando por unos judiones de La Granja.
Aire limpio de montaña y glaciares
El primer hotel de la red de Paradores se encuentra en medio de un majestuoso pinar de la Sierra de Gredos. El histórico Parador de Gredos se erige como un imponente edificio de gruesas paredes de piedra. Un espacio con reminiscencias de otra época, acogedor, rústico y señorial, desde el que podemos disfrutar de las preciosas vistas que otorga su enorme terraza al asomarse al Valle de Tormes y a la Sierra de Piedrahita y Béjar. Sin duda, es el lugar perfecto para los amantes de los deportes de naturaleza, su entorno ofrece espectaculares sendas de montaña como la del Circo de Gredos y permite explorar paisajes únicos como el Circo Glaciar de las Cinco Lagunas, excursiones estupendas para descubrir la variada flora y fauna del lugar o para aprender sobre las setas de la zona.
Además, el Parador te ofrece descubrir la zona a través de las experiencias del programa de ecoturismo sostenible "Naturaleza para los Sentidos". Podrás hacer una ruta en bicicleta de montaña para conocer los secretos del sistema central y el paisaje de la zona o descubrir el maravilloso pinar de Hoycasero a través de los aromas, el tacto y el oído. Una experiencia para trabajar los cinco sentidos.
Un descanso mágico
El Parador de Cervera de Pisuerga se encuentra en un enclave excepcional dentro del Parque Natural de la Montaña Palentina. Desde sus habitaciones se puede admirar una panorámica que combina montañas de más de 2.500 metros de altitud y el precioso Pantano de Ruesga.
Desde los más de 1.100 metros de altitud de este Parador se pueden observar alguno de los picos más imponentes de la Montaña Palentina. Un emplazamiento ideal para conectar con la naturaleza y disfrutar de la tranquilidad de la montaña mientras se disfruta de la codiciada ternera de Cervera o de una selección gourmet de los mejores quesos palentinos. Además de la naturaleza, la zona cuenta también con un importante atractivo artístico. Puedes aprovechar para conocer algunas de las iglesias más representativas del románico palentino como la de Santa María la Real, en Aguilar de Campoo
Una masía frente al pantano
La comarca de Osona, famosa por su exquisita trufa negra, esconde entre sus espectaculares parajes naturales el Parador de Vic-Sau. Se trata de un edificio propio de la zona, recupera una masía tradicional catalana con un amplio jardín y una alucinante piscina exterior desde la que se puede disfrutar de una de las vistas más bonitas del Pantano de Sau. Ideal para desconectar tranquilamente del bullicio del día a día y relajarse en plena naturaleza en alguna de sus terrazas.
Además, el restaurante permite disfrutar de la mejor gastronomía regional, platos típicos como el salchichón con coca del Mossén, la habitas a la catalana o la butifarra con alubias del Ganxet. ¡Todo un manjar local! Asimismo, este Parador es el lugar perfecto para visitar el bello casco histórico de Vic y degustar su deliciosa butifarra, o para hacer la ruta del Monasterio de San Pere de Casares, situado en medio de un meandro fluvial, y observar el curioso paisaje que ha formado el tortuoso recorrido del río Ter.
En el corazón de Cazorla
La naturaleza se viste de gala en esta época y el Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas siempre está a la altura. Sus valles se transforman y los árboles se tiñen de colores marrones, rojizos y amarillos. Concretamente, el Parador de Cazorla se encuentra en el alucinante paraje conocido como Sacejo, en pleno corazón del parque natural. Un magnífico lugar para conectar con la tierra y dejarse llevar por la paz y la tranquilidad de la zona. Su ubicación permite visitar algunos de los enclaves más bonitos de la región, como el monumento natural de la Cueva del Agua, el arroyo y la cascada de Guazalamanco o el nacimiento del río Guadalquivir.
Además, su piscina es un lugar idóneo para relajarse entre los cantos de los pájaros y para desconectar tomando algo mientras se disfruta de las espectaculares vistas del parque natural. Un lugar perfecto para los amantes de la buena comida, ya que su tierra ofrece uno de los mejores aceites de oliva virgen extra, D.O.P Sierra de Cazorla; algunas de las aceitunas aliñadas más famosas, como las Olivas Yeye o las Aceitunas Mojo Picón; y una selección de patés envidiable, de carne, de mar y vegetales. La naturaleza, la tranquilidad y la gastronomía son parte esencial del Parador de Cazorla.
Mojo picón y cielos estrellados
El Parador de las Cañadas del Teide no dejará indiferente a nadie. En uno de los lugares más embriagadores de la isla, su terraza cuenta con una de las mejores vistas de la cima del volcán y su restaurante permite degustar los platos canarios más típicos, papas arrugadas, mojo picón o alguno de los quesos tradicionales, todo acompañado de una panorámica propia de otro planeta.
Este paraje lunar tan característico de Tenerife se ve arropado algunas noches por los cielos estrellados más claros de Europa. De hecho, no hay un lugar mejor para disfrutar de una experiencia starlight rodeado de ese impresionante paisaje espacial. Como broche final, y perfecto para cerrar cualquier jornada vacacional de otoño, se puede terminar el día descansando en su piscina cubierta o relajándose con una buena lectura frente a su acogedora chimenea. Desde luego, una manera única de disfrutar de la isla.
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