Ser testigo de la primera Constitución española y de la era de la digitalización está al alcance de muy pocos. Por eso, hablar de Osborne es hacerlo de la historia en mayúsculas. 250 años de recorrido de una compañía que surgió en tierras gaditanas.
Este apellido histórico se vinculó a la empresa cuando un joven comerciante inglés, llamado Thomas Osborne Mann, se unió al proyecto para comercializar los vinos de la zona y ya van ocho generaciones. Un periodo en el que Osborne ha conquistado paladares tan diversos como el del Zar Nicolás II de Rusia, el de la Casa Real Británica, el de Washington Irving o el de Cantinflas.
Actualmente, los productos de la marca se disfrutan en más de 70 países en los que se pueden degustar diversas Denominaciones de Origen, como Bodegas Montecillo o vinos de jerez; 15 bebidas espirituosas como Carlos I Brandy de Jerez, Anís del Mono, Nordés o Brandy 1866; y sus dos marcas de ibéricos, Sánchez Romero Carvajal y Cinco Jotas, que se encuentran en las tiendas de delicatessen más selectas del mundo, como el Food Hall de Harrods (Londres), Dean & Deluca (Nueva York) Galeries Lafayette (París) y El Palacio de Hierro (Ciudad de México).

Por otro lado, en los últimos años Osborne ha diversificado su portfolio en categorías dinámicas de alto potencial y ha apostado por tendencias al alza entre los consumidores. Es el caso de la adquisición de Vermut Domingo, uno de los vermuts artesanos premium de España; Ginebra Gold, presente ya en Bélgica, Dinamarca, Austria, Eslovenia, Italia, Mónaco o Alemania; o Caviar Riofrío; el primer caviar certificado ecológico en todo el mundo y que ha recibido el Premio Alimentos de España a la Producción Ecológica en el año 2020, concedido por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.

Esta ha sido, precisamente, una de las claves del éxito de Osborne: la autenticidad como parte del ADN en simbiosis con la innovación constante para crear sensaciones y momentos únicos. "Nacimos con una idea visionaria que hemos mantenido a lo largo de nuestros 250 años de historia: que la sociedad siempre pueda disfrutar y compartir el valor de lo auténtico", destaca Ignacio Osborne Cólogan, presidente de un grupo que se ha construido en torno a una familia, y eso le ha otorgado un carácter humano que ha perdurado hasta hoy. No en vano, cuenta con más de 300 familiares como accionistas.
Además, "apostamos por la digitalización e innovación con una gestión prudente y responsable, equipos de trabajo operativos y humanos, y sobre todo, un horizonte estratégico bien marcado a largo plazo que nos sirva para seguir avanzando a la par que lo hace la sociedad", señala Fernando Terry Osborne, consejero delegado de la firma.

En este contexto, Osborne siempre se ha declarado profundamente comprometido con una gestión enfocada al desarrollo sostenible de su actividad y al respeto del entorno en el que operan, protegiendo oficios centenarios y fomentando relaciones de confianza, estables y duraderas. Fruto de esa ambición, en 2019 elaboraron su primer análisis de materialidad, para detectar los aspectos más relevantes para la compañía en materia ambiental, social, de gobierno y del ámbito económico.
Embajador de España
La cartera de productos de Osborne, más de 30 marcas propias y de distribución, sitúa al grupo como uno de los mejores embajadores de la gastronomía española. Ha creado algunas marcas icónicas, sólidas y sostenibles en el tiempo como Cinco Jotas (presente en más de 50 países de los 5 continentes). Marcas que han crecido y se han asentado como respuesta a un trabajo de premiumización que ha abierto las puertas de los mercados internacionales, importantes tiendas gourmet o restaurantes de primer nivel en las capitales más importantes del mundo.

A este respecto, Osborne ha logrado un liderazgo absoluto en segmentos como las ginebras premium, gracias al buen comportamiento de Nordés, que puede disfrutarse en 30 países de cinco continentes. La última incorporación en 2021 fue Estados Unidos, donde la marca comenzó a comercializar el producto. El crecimiento de la distribución refleja un claro ejemplo de caso de éxito nacional e internacional.

La positiva evolución de esta compañía centenaria también se ha visto reflejada en un crecimiento positivo en el segmento e-commerce, la consolidación de varias de sus marcas estratégicas como son Carlos I, los vinos de Jerez y Bodegas Montecillo y una extraordinaria evolución de su negocio internacional. De hecho, el 35% de sus ventas ya procede de mercados internacionales. Precisamente, una de los símbolos icónicos de la compañía, el Toro de Osborne, que surgió en 1956 como valla para publicitar en las carreteras el brandy Veterano, ha saltado la frontera hasta Dinamarca, Japón y México.
El prestigio acumulado por la firma en estos 250 años queda patente en el hecho de que, además de los países en los que está presente, tiene filiales en China y Brasil y seis plantas de producción en España. Unas cifras que muestran cómo la compañía es sinónimo de elaboración artesanal, productos de prestigio y éxito internacional. Y todo ello bajo un único apellido: Osborne.

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