
La subida de impuestos que proyecta el Gobierno de Pedro Sánchez a la banca para el próximo ejercicio no tendrá casi efectos negativos en el sector, ya que la práctica totalidad de las entidades paga ya una tasa fiscal superior al mínimo del 18% por sus negocios en España.
En los nueve primeros meses del año, las principales entidades -que aglutinan más del 90% de los activos del sistema-, incrementaron el abono del Impuesto de Sociedades hasta los 2.147,6 millones de euros, especialmente en el tercer trimestre.
Tres bancos -Sabadell, Kutxabank y Liberbank- pasaron de percibir recursos por la utilización de los activos fiscales diferidos en el mismo periodo de 2017 a apoquinar dinero a la Agencia Tributaria, y uno -Unicaja- disparó la carga un 400%. Por contra, Abanca ha sido la única que ha usado derechos para deducciones que tiene por pérdidas del pasado y por la adjudicación de Novagalicia y ha rebajado los fondos al fisco en un 93%, situando el tipo efectivo en solo un 0,4%.
La entidad que más elevó la contribución al erario público fue Unicaja, al haber elevado la partida un 400%, hasta los 50 millones de euros. CaixaBank también ha incrementado el importe de Sociedades, hasta más que duplicarlo. Con esta subida el grupo de origen catalán es el que más ha aportado entre enero y junio a Hacienda por Sociedades, 652 millones, y el que más elevada tiene la tasa, en el 28,1%, de sus ganancias operativas.
Hay que recordar que ésta es la que más beneficios cosecha en el mercado nacional debido a la rebaja de las provisiones para saneamientos y la evolución positiva de sus márgenes operativos.
Unicaja dispara su contribución un 400% y tres grupos dejan de deducirse para aportar
El Sabadell, Kutxabank y Liberbank, por su parte, han pasado de anotarse importantes desgravaciones a tributar positivamente. El primero ha pagado en lo que llevamos de ejercicio 134 millones, frente a la devolución de 72 millones que percibió en el mismo periodo de 2017. El saldo de Kutxabank ha sido de 68 millones, en comparación con los 12 millones que recibió el pasado año. Y Liberbank ha destinado 28 millones, el 20% de sus ganancias, a la Agencia Tributaria, cuando hace doce meses esta partida era de 149 millones a su favor.
El pacto de los Presupuestos Generales del Estado para 2019 sellado entre el Gobierno y Podemos recoge que las empresas deberán abonar un tipo fiscal efectivo por Sociedades del 15%. En el caso de los bancos, el porcentaje alcanza el 18% ante la exigencia del Ejecutivo de que el sector financiero contribuya más por las ayudas públicas de la crisis. Y, porque, según su argumento, las entidades han estado abonando una tasa muy por debajo del resto de sectores.
60.000 millones de DTAs
Con esta fijación de umbrales, la banca tendrá limitada su capacidad para utilizar el volumen de activos diferidos (DTAs) que acumula en sus balances y que alcanzaba en junio 60.000 millones de euros, de los que su en su mayor parte son monetizables, es decir, que cuentan con el aval del Estado y por tanto su cobro está garantizado.
Tres entidades sumaban antes de verano deducciones que superaban los 10.000 millones. BBVA tenía 12.257 millones; Santander, 12.000 millones incluyendo el Popular; y Bankia, 10.653 millones. El grupo que menos rebajas impositivas acaudaladas tiene es Bankinter, con 364 millones.
El Gobierno sí ha renunciado a una de sus medidas estrella, imponer una tasa especial a los bancos para poder sufragar la subida de los gastos sociales, algo que ha sido aplaudido por el sector. En las últimas semanas, distintos máximos responsables de las entidades han apoyado públicamente el proyecto de Presupuestos del Gobierno de Sánchez. El presidente de La Caixa -principal accionista de CaixaBank, Isidro Fainé, y los consejeros delegados de Santander, José Antonio Álvarez, y de Bankia, José Sevilla, han avalado las cuentas públicas que aún tienen que ser aprobadas por el Congreso de los Diputados.
Solo Abanca tira de activos diferidos para disminuir la carga por Sociedades
Desde que llegó al poder Sánchez, el Ejecutivo ha mantenido un discurso de ataque contra el sistema financiero con el fin de que aporte más al Estado. Así, tiene previsto también gravar las transacciones financieras a través de una especie de tasa Tobin y va a penalizar los dividendos que perciben por sus negocios en el extranjero.
Las entidades, desde entonces, vienen defendiendo que pagan en impuestos más que otros sectores y que su contribución es elevada. La patronal AEB ha sido contundente en sus afirmaciones al asegurar de manera repetida que la tributación de los bancos es elevada y que "no pueden con todo".
El aumento de la carga fiscal se produce en un momento en que los beneficios sectoriales están en riesgo por la resolución que adopte hoy el Tribunal Supremo por el Impuesto de los Actos Jurídicos Documentados (IAJD) de las hipotecas. Tendrá que decidir si ratifica el fallo de hace varias semanas que obligaba a la banca a pagar este gravamen eximiendo a los clientes de este coste, dando así un giro a la legislación y jurisprudencia de las últimas décadas. Un cambio en la doctrina podría abrir la puerta a reclamaciones por parte de los usuarios sobre créditos del pasado.