Banca y finanzas

PwC defiende que manifestó hasta tres veces en 2016 sus dudas sobre la viabilidad del Popular

Edificio de PriceWaterhouseCoopers. Foto: Getty.

El presidente de PwC, Gonzalo Sánchez, ha defendido hoy los trabajos de auditoría externa del Banco Popular realizados por la compañía durante más de 30 años, y ha insistido en que su responsabilidad es velar por que las cuentas cumplan con la normativa, no formularlas al ser ésta tarea del administrador.

Durante su comparecencia ante la comisión del Congreso que investiga la crisis financiera y el rescate bancario, Sánchez ha subrayado que ningún organismo ni institución "puso en cuestión" los números de la entidad, la cual fue revisada de forma especial hasta en tres ocasiones en los cinco años anteriores a su caída.

En concreto, el máximo responsable de la firma ha aludido a los controles realizados en 2012 por el Mou -memorándum de entendimiento que establecía las condiciones del rescate europeo a la banca-, en 2014 tras la transferencia de competencias del Banco de España a Fráncfort y en 2016 por los test de estrés, de los que "en ninguno se concluyo que hubiese problemas" contables.

El informe reflejaba "dudas en ciertos aspectos del negocio" pese a que se cumplía la normativa aplicable entonces

No obstante, ha aclarado que si bien nunca detectaron irregularidades que les llevara a presentar salvedad alguna en las cuentas, su informe de auditoría "no fue un informe sin alertas" ya que advirtieron de "dudas en ciertos aspectos del negocio".

De este modo, Sánchez ha señalado que PwC alertó en cuatro ocasiones sobre la situación del banco, haciendo constar la posibilidad de que incurriera en pérdidas relevantes a finales de 2016 e informando sobre el riesgo de incumplimiento de la ratio de solvencia para 2017 a consecuencia de las nuevas exigencias, siempre en los respectivos párrafos de énfasis.

En este sentido, ha aseverado que la firma "hizo todo lo que tenía que hacer", esto es, "revisar que las provisiones que se estaban dotando respondían a la normativa aplicable en cada momento" aunque no a la futura, al ser una tarea que excede de la función del auditor.

Además, ha reconocido que el Popular consultó a PwC sobre la necesidad o no de reformular las cuentas de 2016 y que su respuesta fue que no era obligatorio ya que los ajustes no sobrepasaban los umbrales mínimos sobre resultados y patrimonio neto establecidos para ello.

PwC alega que en el proceso de resolución de Popular no tuvo nada que ver y solo fue "un espectador"

Al respecto, Sánchez ha añadido que la responsabilidad y la decisión final en materia contable corresponde a los administradores y no a la auditoría, a la que ha definido como "una fotografía" de mucha utilidad "pero en base a la cual no pueden tomarse decisiones".

Sobre la sanción del Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas (ICAC) por dos infracciones graves en los trabajos de las cuentas anuales de 2012, se ha mostrado convencido de que la justicia dará la razón a la firma en tanto que se trata de "un tema formal" que no cuestiona la opinión sobre los estados.

También se ha pronunciado acerca del proceso de resolución del Popular, que en junio de 2017 se saldó con su venta al Santander, y en la que PwC fue "como un espectador" ya que "ni opinó ni hizo informes" al respecto, mientras que a título personal, ha atribuido la caída del banco a la "hemorragia" de depósitos.

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