Banca y finanzas

La banca reduce en 4.000 millones su riesgo inmobiliario hasta marzo

  • Los 'activos tóxicos' todavía suponen el 5,5% del balance de las entidades
Foto: iStock

Mientras Bruselas empuja a la banca europea a acelerar el ritmo de soltar lastre inmobiliario a través de la creación de más bancos malos, a imagen y semejanza de la Sareb, Standard & Poor's alerta de que el sector financiero español se ha acomodado en el ritmo de inversión ante el buen nivel de provisión de sus carteras y la mejora del mercado inmobiliario. De momento, y con los resultados del primer trimestre de las entidades cotizadas sobre la mesa, la banca española se ha deshecho en estos tres primeros meses del año del 4% de sus activos improductivos. Es decir, los ocho principales bancos (el Santander, CaixaBank, BBVA, Sabadell, Bankia, Bankinter, Liberbank y Unicaja) cerraron el pasado mes de marzo con unos activos improductivos por un valor bruto de 95.874 millones de euros, 3.887 millones menos que a cierre del pasado ejercicio.

En el caso de que el ritmo de inversión se mantuviera a lo largo del año, la banca llegaría a diciembre con unos 16.000 millones de euros menos de estos activos en sus balances, acercándose a la cifra de 20.000 millones de euros que S&P atisbó que reducirían las entidades en 2018. A la cuenta, habría que sumarle las desinversiones de otras entidades como Ibercaja, Abanca o Kutxabank.

Grandes operaciones

No obstante, el informe de la agencia calificadora sobre las perspectivas del sector financiero español para este ejercicio preveía una desaceleración del 20% en la venta de activos tóxicos frente a los 25.000 millones desinvertidos en 2017 con motivo de las dos grandes operaciones realizadas. De un lado, el Santander vendió a Blackstone el 51% del ladrillo del Popular valorado en 15.000 millones brutos y 5.500 millones netos. De otro, BBVA cerró con Cerberus la venta del 80% de su cartera inmobiliaria, valorada en 13.000 millones brutos, por la que recibió 4.000 millones.

Las operaciones de ventas de grandes carteras realizadas por el Santander y BBVA abrieron la puerta al resto de bancos a hacer transacciones similares. De momento, la mayoría de las entidades ya se plantea hacer un mix de negocio, tal y como han reconocido en las respectivas ruedas de prensa de presentación de resultados del primer trimestre, por la venta minorista pero también a través de grandes paquetes para acelerar la salida.

El peso de los activos problemáticos en el balance de la banca alcanza el 5,48% del total en la actualidad. Según el mismo informe de S&P, un nivel razonable sería reducirlo en torno al 3%, barrera en la que se sitúa Francia.

Objetivos de salida

Varios bancos españoles ya se han atrevido a dar una cifra de reducción de los activos tóxicos en sus planes estratégicos. El Sabadell prevé disminuirlos a un ritmo de 2.000 millones de euros por año hasta 2020. De momento, la entidad ha sacado a la venta dos carteras de inmuebles valoradas en 3.300 millones de euros, la mayoría de ellos procedentes de créditos dudosos de la antigua Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM).

Además, el consejero delegado de la entidad, Jaime Guardiola, abrió la puerta a una futura venta de Solvia, su filial inmobiliaria, para centrarse de lleno en el negocio puramente financiero. Solvia acumula a cierre de marzo unos activos problemáticos por valor de 1.293 millones de euros, 41 millones de euros más que a diciembre de 2017 por el incremento de activos adjudicados.

Por su parte, Bankia señala en su Plan Estratégico 2018-2020 reducir sus activos problemáticos a un ritmo aproximado de 2.900 millones al año, para pasar de los 16.500 millones actuales a 8.400 millones de cara a 2020. El banco que preside José Ignacio Goirigolzarri tiene a la venta una cartera de 250 millones de euros de préstamos fallidos, parte de ellos procedentes de BMN.

Del mismo modo, Ibercaja presentó el pasado mes de marzo su Plan Estratégico 2018-2020 por el que prevé deshacerse del 50% de sus activos tóxicos en los próximos tres años, lo que supondría quitarse de encima 1.850 millones de euros.

Liberbank, que tiene en la actualidad 4.230 millones de improductivos, prevé reducirlos 2.700 millones de cara a 2020, hasta situarlos en 1.700 millones. El banco ya dio un buen tijeretazo a sus activos tóxicos el pasado otoño al cerrar la venta de 600 millones de euros de deuda inmobiliaria a Oceanwood y Bain Capital. La entidad no descarta repetir este tipo de operaciones.

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