
El FROB, principal accionista de Bankia, acaba de vender un 7% de la entidad pero mantiene aún una participación superior al 60% que irá reduciendo progresivamente en cuanto las condiciones del mercado sean oportunas, según ha avanzado hoy el director general del organismo, Jaime Ponce.
Durante su intervención en la Comisión del Congreso sobre la crisis, el máximo responsable del FROB ha explicado que internamente la institución debatió cuándo sería conveniente retomar la privatización de Bankia y buscó el apoyo de asesores externos para encontrar los mejores momentos.
Teniendo en cuenta las "ventanas de oportunidad" en los próximos años y la opinión de los expertos, que aseguraban que había interés en el mercado por Bankia, el FROB consideró que era el momento "óptimo" para aprovechar esa demanda y llevar a cabo una colocación de "un bloque pequeño del 7%".
Pero la clave es que esa colocación abre un abanico para colocar la parte mayor de la participación del Estado, más del 60%, en los dos próximos años, porque el FROB mantiene sus planes de salir del capital de Bankia a finales de 2019.
Por eso, aunque ha prometido que "no se va a hacer una venta forzosa si las condiciones no son adecuadas", ha explicado que cuando surja una ventana de oportunidad que permita seguir avanzando en la privatización con la máxima de recuperar el máximo de las ayudas públicas, se llevarán a cabo más operaciones.
Fuentes del mercado consultadas por Efe creen que la presentación de un nuevo plan estratégico por parte del equipo de Bankia a principios de 2018 allanará el camino para que el FROB coloque una participación del banco mayor, superior ya al 10%.
"El rescate fue la mejor opción"
Jaime Ponce ha considerado que, con la perspectiva del tiempo, el rescate financiero que solicitó España en el verano de 2012 para sanear la banca fue "la mejor de las opciones y, probablemente, la única de las alternativas admisibles".
La ayuda europea y los fondos públicos permitieron que ningún ahorrador perdiera dinero, que ninguna entidad sana fuera contagiada y que la función principal de la banca, que es financiar a familias y empresas, pudiera seguir desarrollándose, ha resumido durante su comparecencia en la Comisión del Congreso sobre la crisis.
Un coste muy superior sin rescate
Las entidades rescatadas tenían unos 250.000 millones de euros en depósitos garantizados, ha insistido, dando a entender que éste podría haber sido el coste que España tendría que haber pagado, muy por encima de los 56.545 millones de euros que el Estado ha aportado al sector en estos años.
El máximo responsable del FROB ha explicado también que en las crisis hay tiempo para intervenir pero como en España no se había actuado con antelación para atajar realmente el problema de solvencia de las cajas, llegó el momento en el que éste "sólo se podía abordar con realismo y diligencia".
En su opinión, "el margen de maniobra era mínimo" y ante este escenario "lamentablemente, sólo la movilización del dinero de los ciudadanos podía lograr el objetivo estabilizador (del sistema financiero) y evitar la quiebra del sistema en su conjunto".
La parte recuperada
El FROB, ha recordado, ha aportado hasta el momento 56.545 millones a las entidades financieras y ha recuperado 5.911 millones, a los que se suman otros 2.122 millones que ha recibido la matriz de Bankia, propiedad al 100% del Estado, por la venta de dos participaciones del banco y 535 millones más en dividendos.
Además, el Estado ha concedido garantías a los bancos sanos que se han hecho cargo de grupos en apuros por importe de casi 12.000 millones, si bien el FROB estima a día de hoy que esto tendrá un impacto de unos 2.500 millones.
Y lejos de aventurar qué cantidad de dinero se podrá recuperar, ha insistido en que dependerá de la venta de Bankia, en la que el FROB tendrá el 60,93 % tras la integración de BMN, la evolución de Sareb -el banco malo- y de las pérdidas que finalmente se asuman con las citadas garantías concedidas.
"No cabe duda de que el dinero público utilizado ha sido ingente", ha admitido, aunque ha añadido que siendo "tan elevado" en términos absolutos, en relación al PIB está por debajo de lo empleado en Grecia, Irlanda, Chipre, Portugal o Eslovenia.
De hecho, se queda en línea con Bélgica y Luxemburgo, que también destinaron entre un 5% y un 6% de su economía a rescatar la banca, aunque por encima de Dinamarca, Reino Unido, Austria y Países Bajos.
Al margen de las ayudas inyectadas, el FROB ha destacado que ha puesto en conocimiento de la Fiscalía Anticorrupción 57 informes sobre operaciones llevadas a cabo por las entidades rescatadas con un perjuicio económico que ascendería a un total de 3.704 millones.