
El funcionamiento de los bancos centrales es algo que no resulta sencillo de comprender, sobre todo en los últimos años en los que estas instituciones se han sumergido en la zona casi desconocida de las políticas no convencionales. Y es que, cuando se indaga en el balance de un banco central se puede ver que existen importantes diferencias respecto a un banco normal. Es más, un banco central puede cumplir con sobresaliente su función (estabilidad financiera, inflación y crecimiento económico) a la vez que cae en la 'insolvencia técnica'.
James Barker, economista y experto en analítica avanzada del Banco de Inglaterra, destaca en un documento publicado por dicha institución que "las cuentas financieras de los bancos centrales tienen varias curiosidades que los hacen diferentes de otras instituciones".
"Los billetes y las monedas en circulación son una parte fundamental de su pasivo". Como todo asiento contable, el pasivo tiene su activo, por lo que la emisión de billetes y monedas tiene como contrapartida préstamos a entidades de crédito o cualquier otro activo que puede adquirir un banco central.
Otra de las particularidades, quizá la más llamativa, de los bancos centrales es que "pueden seguir operando y funcionando con capital negativo y a pesar de esta insolvencia técnica podrían seguir cumpliendo con sus objetivos como ha demostrado el banco central de la República Checa o de Israel".
La capacidad de imprimir dinero
Tal y como publicó hace unos meses el propio Banco Central Europeo en un documento ocasional titulado Profit distribution and loss coverage rules for central banks, "los bancos centrales están protegidos de la insolvencia gracias a su capacidad para crear dinero y por lo tanto operar con capital negativo".
Es decir, como los bancos centrales tienen el monopolio sobre la creación del dinero no pueden quebrar, puesto que para capitalizarse lo único que tienen que hacer es imprimir más dinero. Otra cuestión muy diferente es el efecto que tendría esta política sobre los precios y la posterior pérdida de credibilidad de la máxima institución monetaria.
Como explicó Willem Buiter, economista jefe de Citigroup y profesor de Economía Política en la London School of Economics explicó hace años en un documento titulado Can Central Banks Go Broke?, que "los bancos centrales que no tienen significativos pasivos denominados en moneda extranjera o pasivos vinculados a un índice, siempre podrán garantizar su solvencia con la emisión de moneda (señoreaje). Sin embargo, el señoreaje puede poner en peligro la estabilidad de precios", señalaba el economista dicho documento.
Sin embargo, este experto también señala que "si los bancos centrales tienen que asumir demasiados pasivos denominados en divisa extranjera y tienen que apoyar o rescatar a bancos e instituciones privadas financieras que son consideradas como demasiado grandes para caer, sí pueden caer en la insolvencia, incluso en los países desarrollados".
Además, como destaca Barker, "a diferencia de los bancos privados, los beneficios no son un indicador fiable del rendimiento del banco central, porque los pilares más importes de su función es la estabilidad financiera y monetaria".
Para que un banco central logre cumplir de forma eficaz con su cometido, no necesita presentar beneficios e incluso pueden encontrarse en una situación de quiebra técnica.