Banca y finanzas

Liberbank se queda como el eslabón más débil del sector financiero español

  • Los expertos consideran sus problemas, pero los diferencian de los del Popular

La banca mediana española que ha logrado sobrevivir a la crisis se enfrenta a importantes desafíos y no todas las entidades se encuentran en la misma situación. Eso sí, unas y otras tienen fortalezas para encarar los retos y están implementando medidas para reforzarse.

El mercado da por hecho que el eslabón más débil de la cadena financiera es Liberbank, una vez que el futuro de BMN se ha despejado con su integración con Bankia, pero la mayoría de expertos sostiene que su estado nada tiene que ver con el Popular. El contagio que sufrió por la crisis del grupo ahora en manos del Santander se debe a la percepción que los inversores tienen del conglomerado de antiguas cajas de ahorros liderado por Manuel Menéndez.

Liberbank cuenta con una tasa de morosidad elevada y unas coberturas menores que la media, debido en parte al fin del esquema de protección de activos que le había concedido el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) por la absorción de CCM. Este es el principal problema al que se enfrenta el banco asturiano. Su ratio de impagos se sitúa en el 13 por ciento, cuatro puntos por encima de la media, mientras que las provisiones de activos adjudicados se limitan a un 40 por ciento, más de 10 puntos inferiores al sector. Este hecho, que exige un esfuerzo extra en provisiones, unido a la dificultad que tiene todo el sistema para generar ingresos por su actividad ordinaria, provocan que Liberbank presente unos tímidos beneficios. Su margen de intereses, presionado por la baja actividad, los tipos en negativo, el fin de las cláusulas suelo y el casi nulo rendimiento de los bonos de la Sareb, cae un 12 por ciento y sus ganancias se situan en apenas 32 millones en el primer trimestre.

Para contrarrestrar los efectos negativos, como el resto del sector, ha desplegado una serie de medidas con las que ahorrar costes. En la actualidad negocia la puesta en marcha de un nuevo expediente de regulación, tras el fin del anterior, y ha puesto en las oficinas máquinas autoservicio para los clientes.

Las autoridades y los analistas consideran que la banca mediana o, al menos, una parte de ella, deberá emprender fusiones para hacer frente al futuro. De momento se resisten. El común de todas estas entidades, a excepción de Bankinter, cuenta con un modelo similar y con un arraigo en sus zonas de origen al tratarse de grupos de antiguas cajas, lo que supone una fortaleza para encarar los desafíos. Aglutinan cuotas de mercado elevadas, pero en general han diversificado poco su negocio. Ibercaja es una de las pocas que ha ido desarrollando una actividad potente en fondos de inversión y planes de pensiones, que reporta importantes ingresos vía comisiones. En su caso, más del 30 por ciento del total.

Algunos como Unicaja tienen, además, la presión de salir a bolsa por los compromisos adquiridos con Bruselas y para devolver las ayudas públicas que heredaron de la entidad que absorbieron. En la actualidad, el grupo andaluz tiene en marcha su operación para cotizar en el parqué el 30 de junio y captar más de 600 millones entre inversores institucionales.

De la lista de bancos medianos, conformada por Liberbank, Abanca, Kutxabank, Ibercaja, Unicaja, Cajamar y Bankinter, éste último presenta la mejor situación, con los ratios de rentabilidad más elevados de todo el sistema nacional. Además, cuenta con un modelo de negocio diferenciado, ya que está enfocado y centrado en clientes de rentas altas. Pero también tiene riesgos, como los derivados de la ejecución de su proyecto en Portugal, donde ha llevado a cabo recientemente su primera incursión internacional. Una ventaja competitiva añadida que tiene Bankinter frente al resto es su adelanto tecnológico. Los demás han empezado recientemente a realizar esfuerzos para implementar medidas para su digitalización.

La banca mediana, sin duda, es el blanco de cualquier contagio. La semana pasada se comprobó con Liberbank, cuya hemorragia en la cotización fue obstruida por la prohibición de las operaciones especulativas de los inversores que apuestan a la baja, pero su deuda sigue castigada en el mercado. Para el catedrático Santiago Carbó, que participó ayer en un encuentro organizado por el grupo de opinión EuropeG, lo importante es que las autoridades tengan los mecanismos necesarios para evitar las inestabilidades en el sistema cuando se extiende el pánico.

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