
La recuperación de la economía, el exceso de liquidez y la necesidad de la banca de conceder créditos para elevar la rentabilidad permite a las empresas españolas tener un mejor acceso a la financiación bancaria que las europeas, dejando atrás los años de sequía crediticia durante la crisis.
Las entidades de nuestro país denegaron en 2016 el 4% de los préstamos que reclamaron, un porcentaje que es ligeramente inferior al que registran las compañías de la zona comunitaria, según la Encuesta de Acceso a la Financiación de las Empresas elaborado por el BCE conjuntamente con la CE. En 2012, el peor ejercicio para la banca española, el rechazo alcanzaba el 17%, siete puntos por encima que en el mercado europeo, lo que pone de manifiesto la mejoría experimentada.
La encuesta también evidencia que las compañías tienen un menor temor a solicitar financiación a una entidad por un posible rechazo, consiguen el crédito aunque con un importe inferior al reclamado o ellas mismas desisten de llevar a cabo la operación por el elevado interés. Este tipo de restricciones afectó al 11% del tejido empresarial de nuestro país, frente al 24% de hace cuatro años y al 9% de la zona euro.
Pymes y construcción
En los últimos años las entidades han abierto el grifo para incrementar su cuenta de resultados, especialmente a las pymes. De hecho es uno de los pocos segmentos en el que el stock de financiación ya experimenta crecimientos.
La recuperación en el grado de acceso al crédito se da en todos los sectores, incluida la construcción, y tanto a microempresas como gigantes. Estas últimas, si bien, cuenta con el mercado de capitales, al que están acudiendo de manera masiva por los costes tan baratos por el entorno de tipos en negativo. Eso sí, según explica el Banco de España en su informe anual, la mejoría ha sido más intensa en aquellas sociedades que presentan una posición financiera sólida. "Esta observación se produce tanto en caso de que se consideren los bancos con los que mantenían una relación crediticia previa como si se excluyen éstos", indica el organismo supervisor.
El organismo que preside Luis María Linde destaca la importancia que ha tenido en la mejora del acceso al crédito, el saneamiento del sistema financiero tras el incremento de los ratios de capital y la bajada de la morosidad. Asimismo, indica que algunas medidas regulatorias también han facilitado la menor aversión al riesgo por parte de las entidades y las mayores facilidades a la hora de conceder los préstamos, como la reducción en los consumo de solvencia por la financiación que se conceden a las pymes en 2013.
Otro factor relevante en la mejoría ha sido la caída en los costes de los créditos como consecuencia del desplome de euríbor hasta el terreno negativo. Los tipos se han reducido significativamente entre 2013 y 2016, sobre todo en aquellos con un importe inferior al millón de euros. En este periodo, la disminución del precio alcanza los 230 puntos básicos, con lo que se ha conseguido la convergencia con Europa. Las pymes pagan algo más de un 2% por el dinero.
Limitaciones a la expansión
Las empresas españolas han llevado a cabo en los últimos años un proceso de desapalancamiento, que les proporciona una posición sólida para acometer proyectos de inversión. Su estructura de pasivo, según el Banco de España, es "actualmente más sólida" que la de sus homólogas de la zona euro, sobre todo en el caso de las pymes. Aún así, el supervisor recuerda que la reducida rentabilidad, especialmente en las de menor tamaño, "sigue siendo un elemento que limita sus posibilidades de expansión".