
Miguel Ángel Fernández Ordóñez, gobernador del Banco de España entre 2006 y 2012, ha culpado de la quiebra de Bankia a la crisis económica. Ordoñez, que ha declarado en calidad de investigado ante el juez de la Audiencia Nacional que instruye el caso Bankia, Fernando Andreu, defendió que el sistema financiero no estaba preparado para sobrevivir a una crisis financiera de gran tamaño.
En lo que respecta a los correos electrónicos del inspector José Antonio Casaus que alertaban de la inviabilidad de la entidad antes de su salida a bolsa, el exgobernador explicó que no los recibió. No obstante, añadió: "Hicieron bien en no reenviarme los correos electrónicos, no tenía por qué recibirlos". "Nadie me advirtió sobre la inviabilidad de Bankia y además (los correos) estaban equivocados", matizó.
Casaus, jefe del grupo de inspectores del Banco de España empotrado en la entidad madrileña, alertó en los emails que remitió a su superior, Pedro Comín, que la salida a bolsa de Bankia causaría un perjuicio a los accionistas y a los contribuyentes que podría ascender a los 15.000 millones de euros. Fernández Ordóñez, sin embargo, tacha de erróneos los análisis de Casaus. El subgobernador del Banco de España en la fecha, Javier Aríztegui, ha seguido la misma línea que Fernández Ordoñez en su declaración defendiendo el estado de la entidad entonces presidida por Rodrigo Rato.
Por el contrato, José Antonio Casaus, que ha acudido a declarar en calidad de testigo, ha defendido sus correos electrónicos de manera contundente y "de principio a fin". Asegura que en el primer informe de seguimiento de marzo de 2011 reflejó la advertencia, aunque no habló expresamente de inviabilidad, aunque en un segundo informe fechado a 30 de junio sí lo mencionó. No obstante, éste último documento, "por la carga de trabajo", no se remitió a los responsables del Banco de España hasta octubre, tres meses después de que Bankia hubiera salido a Bolsa.
Casaus defendió que las ideas que transmitió en sus correos eran más oficiales que los informes ya que éstos últimos no estaban firmados. "No eran ideas espontáneas, estaban muy pensadas", justificó.