
CaixaBank puso punto y final ayer a la larga operación de compra de BPI. Gonzalo Gortázar, consejero delegado del español, se mostró muy satisfecho por el elevado nivel de aceptación logrado. CaixaBank ha alcanzado una participación del 84,51%, después de que los accionistas le vendieran el 39,01% de los títulos de BPI.
Para alcanzar ese grado de aceptación ha sido clave que Isabel dos Santos, segunda principal accionista hasta ayer del banco, se haya desprendido de sus títulos. Dos Santos controlaba un 18,6% de BPI a través de Santoro. Allianz, que ostentaba un 8,43% de las acciones, no ha vendido los suyos.
En total, el banco español desembolsa 644,5 millones de euros para tomar el control de la entidad. La operación está totalmente financiada, ya que CaixaBank impulsó una colocación de autocartera el pasado otoño con la que obtuvo recursos para la compra y aseguró sus ratios de capital. Tras la adquisición, el CET1 Fully Loaded del español se mantendrá en el 11,2% y dentro de sus objetivos. Gortázar insistió en que BPI mantendrá su estructura en Portugal y también su condición de cotizada.
El principio de otra etapa
La toma de control de BPI abre una nueva etapa para CaixaBank. El banco español, que con la operación se convierte en la primera entidad de la Península Ibérica, ha pugnado durante años por dar este salto. Así, la operación de compra del luso fue iniciada bajo el liderazgo de Isidro Fainé, hoy presidente de la Fundación Bancaria La Caixa pero hasta el pasado junio presidente del banco, y ha sido culminada con éxito por Gonzalo Gortázar y Jordi Gual, consejero delegado y presidente no ejecutivo, respectivamente, en este momento de CaixaBank.
De hecho, la relación entre ambas entidades es muy estreha desde hace años, puesto que La Caixa, cuando todavía operaba con estructura societaria de caja de ahorros, entró en el capital del luso en 1995. Posteriormente, con otras operaciones, el banco fue ampliando su participación. Primero, en 2009, alcanzó el 30,1%, que aumentaría en cerca de otro 10% en 2011.
Artur Santos Silva, hasta ahora presidente del consejo de administración de BPI, enfatizó ayer que esperaba una nueva era muy positiva para el banco. Por su parte, Fernando Ulrich, presidente del comité ejecutivo, reconoció que durante los últimos años el banco había tenido que enfrentarse a retos muy importantes, y que siempre había mantenido que BPI iba a resolver sus problemas. "Esto es lo que ha sucedido y esto es lo que culmina con la oferta pública de CaixaBank, que siempre nos ha apoyado; tanto en los buenos como en los malos momentos", afirmó ayer.
El español ya cuenta con una hoja de ruta muy clara respecto al portugués. CaixaBank, en el folleto de la oferta pública de adquisición, ya adelantó que sus objetivos para el portugués a nivel doméstico eran impulsar su eficiencia y reducir el ratio de costes e ingresos al menos al 50%, en paralelo a la mejora del ROE (rentabilidad sobre los recursos propio) hasta un nivel del 10%.
Gonzalo Gortázar descarta que BPI vaya a realizar operaciones corporativas, tras ser preguntado en varias ocasiones sobre Novo Banco. "No hay nada encima de la mesa. Estamos centrados en el crecimiento orgánico", señaló.
Pablo Forero, número uno del luso
Como se anticipaba, la compra del español producirá cambios en el consejo de administración del luso. Tanto el presidente del consejo de administración, como el de la comisión ejecutiva, Artur Santos Silva y Fernando Ulrich, respectivamente, anunciaron que no iban a continuar en sus cargos. Por ello, CaixaBank propondrá a la junta de BPI el nombramiento de Pablo Forero como presidente de la comisión ejecutiva, que equivale al cargo de consejero delegado. Ulrich será el 'chairman' del consejo de administración.