La fusión de Servired, Euro 6000 y 4B salva los penúltimos escollos. Las redes han recibido hace unos días el estudio de viabilidad encargado a KPMG, que confirma el sentido industrial del proyecto, y cierran flecos para aprobarlo en sus consejos de administración antes de que expire el ejercicio. Según el calendario barajado, la compañía fusionada echaría a andar hacia el otoño de 2017 una vez reciba las autorizaciones preceptivas, detallaron distintas fuentes del mercado.
El camino parece allanado con el Banco de España, defensor de un sistema único como los que operan en la mayoría de países europeos, si bien la antigua Comisión Nacional de Competencia puso reparos en 2011 a una integración entre 4B y Servired, cuando autorizó la fusión de sus procesadores en Redsys. El organismo de competencia exigió establecer murallas chinas que impidiesen el cruce de información entre ambas redes para evitar acciones comerciales concertadas, algo que pierde sentido con las reglas de juego actuales.
Nuevo paradigma
En aquel momento, pertenecer al Club Servired, 4B o Euro 6000 garantizaba la gratuidad de sus clientes en los cajeros automáticos englobados bajo la misma marca, aunque perteneciesen a otro banco o caja. Pero CaixaBank dinamitó el pasado año dicho esquema al empezar a cobrar a no clientes por el uso de sus terminales, obligando al resto de entidades a establecer alianzas, sin relación directa con la pertenencia a una u otra red.
Llegar a la unión de los tres sistemas no ha sido, sin embargo, fácil. El proyecto comienzan a empujarlo casi desde el arranque de año, sobre todo, entidades asociadas a Servired -CaixaBank, BBVA o Sabadell- y alguna externa -Kutxabank, perteneciente la red de las cajas-, convencidas de las ventajas de la integración, por razón de eficiencia y ganancia de escala.
Entre los mayores detractores figuran entidades como Ibercaja, Unicaja o Abanca, defensoras de la oportunidad de conservar Euro 6000 autónoma; mientras que el núcleo 4B -Santander y los bancos del Popular, sobre todo- adoptan un papel más neutro y "se dejan llevar", refieren las fuentes consultadas.
El proyecto pasó por los consejos de administración para aprobar su lanzamiento, con la contratación de las firmas independientes que han estudiado la lógica de negocio -KPMG y N+1, entre otras-.
La intención es que reciba el último visto bueno en los mismos órganos de administración antes de Navidad, para su envío posterior de toda la documentación a las autoridades. Los bancos confían en que Competencia pueda pronunciarse antes del verano y el nuevo sistema arranque pocos meses después.
El cambio de paradigma instaurado con el cobro de comisiones en cajeros a no clientes ha fulminado el rol que ejercían como paraguas para fijar precios. Pero siguen intactas el resto de funciones, entre las que figura la relación directa con autoridades y supervisores para los temas relativos a medios de pago o ser licenciatarios de las marcas de emisión Visa o MasterCard, y la operativa ligada al procesamiento de pagos en terminales.