Los análisis para la potencial fusión de BMN y Bankia se han lanzado, pero la operación debe superar aún un complejo proceso donde otras entidades podrían enfriar su ejecución. El Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (Frob) está obligado a sondear el apetito existente entre otros bancos e inversores por la franquicia que preside Carlos Egea antes de concluir que la absorción por parte de Bankia es la mejor solución, indicaron fuentes al corriente del procedimiento.
Cuando transcendió la intención del Gobierno de integrar las dos nacionalizadas hace meses, algunas entidades como BBVA subrayaron en público -otras fuera de micrófono- su predilección por un proceso competitivo o que, al menos, se demostrase el valor de agregar dos entidades semipúblicas.
Los bancos de inversión que busca reclutar el Frob recibirán el mandato de analizar todas las alternativas posibles a fin de identificar aquella donde el Estado optimice la privatización y recupere el máximo posible de los 24.069 millones de euros inyectados en ambas entidades. Una de las opciones será contactar a potenciales interesados y conocer sus planes y ofertas, sin menoscabo de estudiar la viabilidad de colocar la participación del Estado en bolsa como estaba previsto, bien en ventas de pequeños paquetes de acciones o en bloques superiores, del 15% ó 30%.
El organismo dependiente del Ministerio de Economía está obligado a demostrar la virtud de la operación porque lo que está en juego es el dinero de los contribuyentes y proceder a la integración directa, sin estudiar alternativas, es, cuando menos, poco estético.
En el mercado se espera que, sin embargo, se imponga la unión con Bankia, porque su gran complementariedad con BMN pone en valor esta última franquicia.
Las duplicidades se limitan a servicios centrales y algunos solapamientos de red en la zona valenciana, fruto del repliegue al que obligó Bruselas a Bankia. La entidad presidida por José Ignacio Goirigolzarri recuperaría capilaridad en regiones como Baleares, Murcia, Alicante o Andalucía, donde tuvo que sacrificar las oficinas por el plan exigido de reestructuración.
La red del resto de grandes bancos presenta mayores solapamientos al extenderse, en gran parte, por los territorios de BMN.
La opción de Bankia amenazaría menos puestos de trabajo, según las fuentes consultadas, que lo apuntan como algo a considerar por el Frob, ya que la plantilla de BMN ha sufrido ya un ajuste del 60 por ciento y casi un tercio la de Bankia. Otro factor susceptible de condicionar cualquier valoración de BMN es el esfuerzo para integrarla -la alta solvencia de Bankia le permitiría ejecutarla a pulmón, sin necesidad de reforzar capital-.
El Frob ordenó al consejo de Bankia y BMN analizar la integración -sentido empresarial y económico, ensamblaje, potenciales sinergias, etc.-. Pero la lógica del proceso hace pensar que el Frob y los bancos asesores deben resolver antes gran parte de la tarea. Aunque la decisión oficial tardará en adoptarse, la sola posibilidad va a obligar en cualquier caso a Bankia a considerar la integración como un elemento en el futuro plan estratégico.