Banca y finanzas

Fainé retendrá el poder del grupo desde la presidencia de la Fundación

  • La entidad controla CaixaBank y las participadas a través de Criteria
Isidre Fainé.

Isidro Fainé se retira de la primera línea bancaria, pero no del grupo La Caixa. Forzado por la normativa de las antiguas cajas de ahorros, donde el mismo ejecutivo no puede presidir el banco y a la vez la fundación propietaria de ese banco, Fainé ha decidido dejar el mando de CaixaBank. Isidro Fainé, deja la primera línea y liderará la Fundación de La Caixa.

Esta decisión, que debe hacerse efectiva antes de hoy 30 de junio, no coge de sorpresa a casi nadie. En primer lugar, porque desde la Fundación laCaixa, el banquero de Manresa seguirá teniendo control sobre CaixaBank y sobre Criteria Caixa Holding , la sociedad donde se agrupan las principales participaciones del grupo y que también preside.

En segundo lugar, porque la Fundación es el exponente de la obra social de la entidad catalana, el mayor motivo de orgullo de Fainé, que no deja escapar ocasión para hablar de todas las acciones que se llevan a cabo con los 500 millones de euros que se gastan cada año.

Una dotación que La Caixa no ha dejado de aportar en los últimos nueve años y que no descarta, ahora que se vislumbra el final del túnel de la crisis, que se aumente en un futuro muy próximo.

Obra social

La elección de la entidad que maneja la obra social, "la razón de ser de la entidad financiera", según Fainé, se podía anticipar por la masiva campaña publicitaria en la que no La Caixa, sino un buen número de ONG beneficiadas por ese millonario presupuesto, detallaban la importancia de la colaboración con la entidad catalana. Una forma de aumentar aún más la visibilidad y las bondades de la Fundación.

Una tercera razón para retirarse a un discreto segundo plano es la edad, ya que en julio cumplirá 74 años. Con sólo dos años más se retiró su antecesor en la presidencia de La Caixa, Ricardo Fornesa.

Ahora bien, que nadie piense que perderá cuota de poder por elegir la Fundación. Este discreto banquero, hombre de confianza de Josep Vilarasau y delfín de Fornesa, ha sabido acumular poder, dentro y fuera del grupo, con su proverbial astucia y capacidad de trabajo.

Con el menor ruido posible, en los últimos años ha impulsado la transformación del grupo, en el contexto general del nuevo estatus jurídico de las cajas, y el resultado ha sido el de alcanzar una vieja aspiración: el de tener la misma capacidad de expansión y financiación que un banco, aunque sea a costa del escrutinio de los mercados.

Primera entidad financiera

Poco a poco, a base de absorciones y de mantener la fuerza comercial, CaixaBank se ha convertido en la primera entidad financiera española, uno de los objetivos principales de Fainé cuando asumió la presidencia de La Caixa a mediados de 2007.

La entidad catalana también se ha esforzado durante esta etapa por destacar en el desarrollo tecnológico, con más resultados y menos algarabías que alguno de sus principales competidores.

Más lenta va la diversificación geográfica, donde las nuevas normas sobre consumo de capital precipitaron ventas de participaciones financieras y el traspaso de otras de CaixaBank a Criteria.

Destaca el 9,01% en el mexicano Inbursa, el 17,24% del chino Bank of East Asia, el 9,9% del austríaco Erste Bank y la batalla por el control del luso BPI, del que Caixaank tiene un 44%, y sobre el que ha lanzado una opa.

Como máximas para el sucesor de Fainé como primer ejecutivo de Caixaank, el consejero delegado Gonzalo Gortázar, queda ahondar en esa diversificación, conseguir los objetivos del plan estratégico sobre rentabilidad y reducir un número de sucursales, casi 6.000, que prácticamente duplica el objetivo de finales de año del Santander y supera en 2.000 las oficinas de BBVA.

Fainé dejará la presidencia de CaixaBank, pero no sólo retendrá la de la Fundación y Criteria. También es vicepresidente de Telefónica y de Repsol y consejero de The Bank of East Asia, BPI, Gas Natural y Suez.

Además, Fainé acaba de estrenar su segundo mandato como presidente de la CECA, la asociación de las cajas y bancos procedentes de las cajas, donde le espera una dura tarea de representación y diálogo ante las autoridades europeas que ahora asumen la supervisión única. El banquero, además, se ha comprometido con el consejo de la CECA a redoblar sus esfuerzos para defender los intereses de todo el sector. La presidencia de la CECA le ha impulsado al puesto homónimo en la federación de cajas europeas (ESBG) y a la vicepresidencia del Instituto Mundial de Cajas de Ahorros (WSBI). Se va de CaixaBank, pero se queda con el poder.

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