
La mejora de la situación económica ha permitido a la banca sana a consumir hasta ahora apenas el 11% de las ayudas que le concedió el Estado y el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) para que se quedara con las cajas más débiles a través de los esquemas de protección de activos por un plazo máximo de diez años.
El dinero que han utilizado las entidades compradoras alcanza los 3.400 millones frente a una cobertura de casi 31.000 millones. Además, los recursos que vayan a requerir en el futuro se está reduciendo, ya que las pérdidas esperadas están disminuyendo año a año.
Algunos grupos, incluso, ni siquiera han hecho uso de dicha protección. Caixabank, por ejemplo, aún no ha utilizado ningún euro hasta la fecha del esquema que le otorgó el Frob para hacerse con Banco de Valencia. A finales de 2012 se adjudicó la filial de Bankia con unas garantías de hasta 4.336 millones de euros en una cartera de créditos inmobilarios y para pymes. En 2013, calculó que estas pérdidas, que tendría que asumir el fondo de rescate público, se limitaban a 1.203 millones. A finales de 2015, este quebranto futuro ascendía a sólo 480 millones.
BBVA es otra de las entidades que no ha consumido fondos del EPA que se le concedió por absorber Unnim, según la última información pública. La entidad que preside Francisco González se cubrió de posibles agujeros de la catalana por un máximo de 4.823 millones hasta 2022. La pérdida esperada en 2014 se situaba en 1.488 millones, según los cálculos del FGD, institución que asumiría esta factura.
Tapar quebrantos
Otros grupos sí han comenzado a tirar de la protección para tapar quebrantos, pero son muy inferiores a los inicialmente previsto. El caso más llamativo es el del Sabadell, que se garantizó en 2011 ayudas de algo más de 16.000 millones por la exposición inmobiliaria de la CAM para un plazo de diez ejercicios. El banco catalán ha comenzado a usar el EPA en 2015 por un importe de 800 millones, que va a reclamar al FGD, una vez consumidas todas las provisiones realizadas por la alicantina antes de la adquisición.
La entidad espera que las pérdidas futuras por la cartera cubierta asciendan a los 5.500 millones en los próximos años, según las estimaciones recientes.
Liberbank, por su parte, ha sido el grupo que más ha utilizado este tipo de ayudas. En concreto, 1.876,5 millones de un total de 2.475 por CCM. Pero, el importe se ha reducido por la recuperación del cobro de algunos créditos inmobiliarios. En 2014, los recursos gastados llegaban a 1.961 millones. Pese a esta mejoría, el conglomerado que lidera Cajastur ha extendido dos años, hasta finales de este año, la vigencia del esquema contra pérdidas.
Abanca, Unicaja y BBVA, además, adquirieron Novagalicia, Ceiss y CatalunyaBanc a cambio de esquemas parecidos por indemnizaciones a la Sareb y por preferentes, principalmente. El Banco de España indicó el año pasado que estas entidades habían usado hasta entonces 729 millones de una cobertura máxima de 2.600 millones. Esta factura va a ser afrontada por el Frob, según las condiciones pactadas entre las partes.