Banca y finanzas

Nicolas Huss: "No hay razón para rechazar la tarjeta, al comercio le cuesta más el efectivo"

  • "El contactless es el pago del futuro y lo haremos, incluso, con las venas"
  • "Limitar el pago en efectivo es positivo, pero aún se puede hacer más"
Nicolas Huss es el Consejero Delegado de Visa Europe.

El mundo de los medios de pago es un volcán donde gigantes tecnológicos desean un negocio histórico de la banca, pese a sufrir márgenes ya mínimos por las severas imposiciones regulatorias. Nicolas Huss (Niza, 1964) reconoce que la carga normativa amenaza la viabilidad del viejo modelo. Pero el consejero delegado de Visa Europe, que este año se integrará en la matriz para multiplicar la capacidad de pegada, ve oportunidades claras en arañar terreno al efectivo convirtiendo en tarjeta el smartphone, un anillo o hasta el dedo del cliente.

En 2015 priorizó construir la autopista para el pago con móvil con el que aspira a penetrar en transacciones de bajo importe: la tecnología contactless -ejecuta el abono con solo acercar la tarjeta al lector-, y donde alberga altas expectativas en España: "Hay más terminales contactless que en EEUU -700.000-, lo son un tercio de las tarjetas y el apetito para las novedades tecnológicas hace que sea un país clave". "La meta es que permita pagar el café, el pan, el transporte público...".

¿Tan clave como para conseguir ganar, por fin, la batalla al efectivo?

La evolución hacia menos efectivo está en marcha en muchos países. En algunos de los nórdicos aspiran al cashless society -sociedad sin efectivo-. Y vemos con el contactless que, una vez que la gente se acostumbra casi no usa el metálico. En Reino Unido, donde solo se paga el 43% en efectivo, yo vivo semanas sin recurrir a él. En España hay varias cosas muy positivas: la infraestructuras y el interés por la tecnología, pero también la decisión del Gobierno de limitar el efectivo.

Fijó que las operaciones a partir de 2.500 euros sean electrónicas ¿es un límite suficiente para combatir la economía sumergida?

Creo que se podría hacer más. En otros países es mucho más bajo. En Francia es de 1.000 euros, hay países con 1.500... Lo que ha hecho el Gobierno es muy positivo y hay que reconocerlo, pero quizá también pensar en el futuro y en cambios.

En Dinamarca limitan el efectivo en comercios y algunos países de Asia dan incentivos fiscales ¿deberíamos importar estas experiencias?

Soy muy partidario de aplicar algunas de esas medidas, pero obligas o convences y muchas veces puedes hacer las dos cosas. Hay países donde el uso de las tarjetas lo promociona el Gobierno y otros donde decide el cliente. Cuando integras el pago con tarjeta a la vida de la gente se convierte en hábito. Un ejemplo: cuando el transporte público de Londres -el que más personas transporta en el mundo-, decidió no aceptar efectivo, el uso de tarjeta superó el 20% en meses, nivel que se esperaba dos años después. Cuando usas una app para pedir un taxi, comprar tickets del cine o billetes de avión desaparece el acto de presentar tu tarjeta. Y para el comercio, la compra online va comiendo cada vez más a la física.

Un riesgo para el comercio físico...

Su problema hoy es ofrecer más valor y una de las maneras más fáciles es el integrar el pago en la estrategia comercial. Hay muchas cosas que puedes hacer diferente. Te enseño un par de ejemplos: -Huss despliega vídeos en su tablet- Estas personas recolectan fondos para la gente que está en la calle. Puedes donar unas libras con solo acercar la tarjeta y es supercómodo, rápido y superseguro porque casi no tiene niveles de fraude. Es el pago del mañana y lo harás utilizando cosas diferentes: pulseras, anillos, incluso las venas de tu dedo, que son únicas. No es ficción.

Con Henry Holland, uno de los diseñadores más conocidos de Reino Unido, hemos hecho anillos para clientes vip. Si extrapolas esto al mañana podemos casi prever que la famosa cola de tu tienda tendría tendencia a desaparecer porque ya puedes entrar, coger lo que quieres, pagar y salir del comercio sin pasar por caja.

Pero hay un tercio de comercios en España que repudia la tarjeta

No sé cual será la razón para no aceptarla. De coste ya no puede ser. Con los tipos de intercambio que tenemos en España cuesta más dinero manejar el efectivo -manipularlo, perder tiempo en la cola, evitar el robo, la seguridad del transporte o custodiarlo-. Si es más económico, superseguro, sencillo y más rápido será cuestión de tiempo que cambien los comportamientos.

¿Comparte la inquietud de quien teme que la rebaja por ley de las tasas de intercambio convierta en deficitaria la actividad?

Totalmente. No hay ningún otro continente que tenga un 0,20 y 0,30% como aquí. Mi preocupación es el impacto, no solo sobre los actores, sino también sobre el consumidor final. Históricamente los que han invertido miles de millones en seguridad e innovación son los bancos emisores. La pregunta es ¿quién va a tomar el relevo?

¿Y cuál es la respuesta?

Hemos llegado a un nivel de intercambio demasiado bajo. Nadie se da cuenta de la infraestructura que hay detrás para permitir y facilitar estos pagos y creo que estamos al límite de la sostenibilidad del modelo. Es aún más cierto para España donde los niveles son más bajo de los preconizados por Europa.

Aquí acaba de imponerse el cobro por uso de cajeros ¿busca compensar esa disminución de ingresos?

La experiencia en otros países donde las tasa de intercambio ha caído de manera brutal como Australia es que el coste aumenta para el consumidor. Según la Comisión Europea, en Europa los comercios se van a ahorrar 7.000 millones de euros. Mi pronóstico es que parte lo va a acabar pagando el consumidor.

Dijeron que se integraban en Visa Inc para tener más acceso a los clientes y aprovechar las nuevas tecnologías ¿qué obstáculos había?

El sistema funciona tan bien que nadie ve el peso de las infraestructuras que hay detrás, pero estás en un mundo donde el regulador te pone más presión. Los gigantes tecnológicos hacen innovaciones una tras otra y debes responder. Esto significa que el ciclo se hace cada vez más corto para tener el retorno sobre tu inversión en un mundo donde los márgenes son ridículos.

Ser europeo quizá no te da el tamaño o escala necesario para tener rápidamente la inversión. Además tienes la obligación de llevar los productos de manera rápida a los países. ¿Quién va a esperar tres años para tener los pagos sobre móviles? Si no tienes esa capacidad te pones potencialmente en peligro. Una vez decidido había que negociar para maximizar el retorno a nuestros accionistas. Fue una negociación complicada, pero vamos a hacerlo bien por una razón muy sencilla: siempre hemos trabado juntos.

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