Banco Popular se está planteando vender en 2016 hasta 8.000 millones de activos inmobiliarios en un intento por sanear su balance, según una fuente conocedora de la operación.
Estas eventuales ventas ayudarían a reducir alrededor de un 30% el balance inmobiliario de una entidad que cuenta con la mayor exposición al ladrillo de toda la banca española.
La entidad ya ha señalado en el pasado que esperaba acelerar su ritmo de ventas de inmuebles este año, apoyado en la recuperación del mercado inmobiliario en España.
Dos operaciones
El plan de desinversión contempla dos operaciones: la venta de activos inmobiliarios improductivos (créditos más inmuebles) valorados en unos 4.000 millones de euros para el ejercicio en curso y una cartera de inmuebles que oscila entre 3.500 millones y 4.500 millones de euros.
"Se está en una fase muy preliminar de negociaciones para colocar este paquete de inmuebles a un fondo o varios fondos de inversión", dijo la fuente sin identificar a potenciales compradores. En Banco Popular no quisieron hacer comentarios. Hasta septiembre de 2015, la entidad ha vendido activos improductivos por valor de unos 1.000 millones.
Consciente de que su elevada exposición al ladrillo es uno de sus puntos débiles, el consejero delegado de la entidad, Francisco Gómez, ya reconoció a finales de octubre que la entidad estaba estudiando la creación de un "banco malo" propio con activos inmobiliarios.
La fuente añadió que la eventual constitución de un banco malo propio se produciría en paralelo a los proceso de ventas de los 8.000 millones de euros de activos inmobiliarios.