Banca y finanzas

Los seis grandes errores de la economía en pareja

  • Las rencillas surgen especialmente cuando los ingresos son muy desiguales
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No existe un modelo universal para administrar los gastos en pareja sin que surjan las tensiones en algún momento. Desafortunadamente no existe una única respuesta para llevar las finanzas con tu pareja, ya que dependiendo de cada situación habrá unas cosas que funcionarán mejor que otras.

Sin embargo, desde Fintonic han conseguido desarrollar unas pautas en base a los seis errores más comunes que tienen las parejas a la hora de gestionar su economía.

1. Uno de los dos toma la carga económica

En este caso, hay dos tipos de organización: las que suman sus ingresos en una misma cuenta a la que asocian todos sus gastos; y las que tienen cuentas separadas y comparten el 50% de los gastos.

Dentro del segundo grupo hay parejas que deciden que uno asuma todos los gastos comunes, y el otro le pagará su parte mes a mes; y otras reparten equitativamente las facturas a pagar. El problema llega cuando uno de la pareja siente toda la carga económica sobre sus hombros, y surgen las primeras tensiones, ya sea porque la otra parte de la pareja tarda en pagar, o porque en el reparto de facturas ha tocado la peor parte. ¡O al menos eso piensas!

Para hacer un reparto equitativo de las facturas lo primero es saber dónde se va el dinero, es decir, detectar todos los gastos recurrentes de cada mes para poder hacer una división justa y hacerse un presupuesto de gasto máximo por categoría. Una vez detectados los gastos fijos mensuales, es más fácil hacer un reparto equitativo. Fintonic hace esta tarea, sin necesidad de dudar de los Excel o los apuntes que hace la otra parte de la pareja.

Tener cuentas separadas y compartir una para los gastos comunes es otro factor que puede ayudar en la distribución de las responsabilidad financiera en la pareja, aumentando la intimidad financiera de cada uno.

Ojo si los ingresos de cada uno son muy desiguales. En ese caso, lo mejor es definir el porcentaje de sueldo que se va a aportar a la cuenta común para ser realmente justos.

2. La forma de gastar de cada uno afecta a la pareja

Cuando has cubierto tu parte, puede ocurrir que el porcentaje que te sobra y que dedicas a ti mismo sea mucho más elevado de lo que crees. Solemos ignorar cómo afecta a la otra persona nuestro patrón de gasto pudiendo repercutir en la salud de la relación. Si animas, por ejemplo, a tu pareja a hacer un viaje que te hace mucha ilusión y descubres posteriormente que se ha endeudado durante meses por darte el capricho de acompañarte, no es nada agradable para ninguno de los dos. A lo mejor tu pareja prefiere los placeres del día a día que tú también disfrutas: cenas, detalles... en cambio, tú eres un ahorrador nato.

¿Cómo podría mejorarse? No importa lo separadas que estén vuestras cuentas, la vida en común afecta siempre al otro. Pregunta siempre su opinión y procura ser más neutral para que no se sienta coaccionado por tus deseos. Tiene que haber comunicación para poder tratar estos temas con franqueza y evitar conflictos.

3. Imprevistos económicos

Normalmente las parejas olvidan tener en cuenta los imprevistos económicos en su gestión financiera. Al ser dos, los imprevistos económicos se duplican... El despido de tu pareja, por ejemplo, puede ser motivo más que suficiente para que vuestra economía personal se tambalee y desemboque en más problemas, incluso en ruptura.

Esto se puede mejorar con un fondo de emergencia que te proteja de gastos imprevistos (como el despido de tu pareja o una avería en el coche). Viviréis más tranquilos y vuestra estabilidad económica y personal estará más blindada.

El dinero que destines a ese fondo de emergencia dependerá de tus necesidades. Normalmente se recomienda tener ahorrado lo suficiente como para poder cubrir al menos 3 ó 6 meses de vuestros gastos recurrentes.

4. Derrochador frente a tacaño

Ya seas el derrochador o el tacaño, es algo que afecta a la pareja. Una buena forma de afrontar la disparidad de visión sobre el gasto que presentan algunas parejas es establecer objetivos de ahorro común: un viaje, un coche, un bebé... son metas en común que motivan a ceñirse al presupuesto.

5. Hablar sobre dinero una vez no basta

Las cosas cambian de un día para otro, ya sea por un ascenso, un despido, un traslado, una muzanda.... son situaciones que alteran drasticamente los objetivos de ahorros, y vuelven los roces anteriores. Es recomendable marcarse en el calendario un momento para "hablar de dinero". Es bueno destinar a este menester al menos un par de días al año, para reformular objetivos en común y ajustar el presupuesto acorde a con las nuevas circunstancias. Hay que empezar de cero y controlar el origen de todos los gastos e ingresos para evitar confusiones.

6. Control de los gastos

La clave para no afrontar un gasto que no puedes permitirte es conocer muy bien los gastos fijos y el patrón de gasto. Para facilitar la tarea existe la herramienta online Fintonic, con la que se puede fijar un presupuesto de gasto mensual.

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