Los fondos internacionales interesados en Novagalicia Banco no podrán cobrar dividendos durante un periodo de tiempo si se lo adjudican. El plazo de abstinencia oscilará entre dos y tres años según fuentes del mercado, que enmarcan el sacrificio dentro de la batería de requisitos que baraja imponerles el Banco de España y el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (Frob) para pujar por la entidad.
El Gobierno abrió la puerta a la concurrencia de inversores foráneos a la subasta en vistas del interés que despierta Novagalicia y para para optimizar el precio de la privatización. Pero el supervisor no quiere sustos y ha deslizado un decálogo de requisitos que condicionan el atractivo de la operación.
Exigencias de Bruselas
Si Novagalicia pasa a manos de los fondos, deberán cumplir a rajatabla las exigencias de Bruselas. Una de ellas es, precisamente, la imposibilidad de distribuir dividendos, aún cuando coseche beneficios. Es más, el plan de reestructuración sancionado por la Comisión Europea establece que la recuperación del dividendo será gradual y condicionado a que Novagalicia disponga de un colchón de solvencia superior al mínimo legal exigible.
Junto a esta condición, el supervisor baraja exigirles una permanencia mínima de cinco años en el capital, una gestión profesional y consignar un cheque por unos 800 millones en su ventanilla a modo de fondo de reserva, informó ayer La Voz de Galicia. El plan de las autoridades es que dejen en depósito, en concreto, una cifra equivalente al 3% de los activos ponderados por riesgo de la entidad.
La cuenta actuaría a modo de red de emergencia para socorrer al banco en caso de urgencia, sin necesidad de inyectar nuevas ayudas públicas. Sería un fondo al estilo del que la troika obliga a constituir a las futuras fundaciones de cajas que controlen bancos. La restricción del dividendo iría en la misma línea de reforzar la solvencia y evitar la tentación de vaciar la caja.
Un fondo de reserva
Las condiciones cobran sentido dentro de la función del Banco de España de garantizar la solvencia de una entidad y la idoneidad de sus propietarios. Sin embargo, implica una penalización disuasoria para los fondos. No serían extensibles a los bancos interesados por Novagalicia -analizan sus cuentas Santander, BBVA, CaixaBank y Popular-, porque las entidades financieras ya disponen de colchones de capital para encarar contingencias.
Por Novagalicia se han interesado un grupo de fondos capitaneado por Guggenheim, que recalaron de la mano del presidente del banco José María Castellano, y que llevaban meses negociando comprar una parte del capital al Estado. La puja ha atraído también a J. C. Flowers, Ross Jr Wilbur Louis y Anchorage, entre otros.
Bancos y fondos deberán formalizar su oferta el martes de la próxima semana y la adjudicación quedará resuelta en noviembre. El Frob espera conseguir unos 1.000 millones por Novagalicia, que ha sido valorada en 1.500 millones después de recibir 8.981 millones en ayudas.
El Frob está abierto en la fórmula de adjudicación. No descarta segregar carteras en favor de algún fondo y colocar Novagalicia a otro inversor si rentabiliza mejor la privatización. La única opción excluida es vender solo un trozo.