
El nombramiento de Rodrigo Rato como miembro del consejo asesor internacional de Santander no ha dejado a nadie indiferente. El diario Financial Times asegura que "la elección del señor Rato es probable que cause sorpresa (raise eyebrows) en los círculos bancarios, particularmente debido a su papel en Bankia, la entidad nacionalizada que se convirtió en el símbolo de la crisis bancaria de España".
El FT destaca que este nombramiento ofrece un retorno a la banca al ex líder de Bankia y "el hombre que presidió el peor colapso empresarial de la historia reciente de España".
De esta forma, Rato vuelve ocupar el cargo que dejó a principios de 2010 tras permanecer dos años, cuando fue nombrado presidente de Caja Madrid. Su misión será colaborar con el Santander en el diseño, desarrollo y, en su caso, puesta en marcha de la estrategia de negocio a nivel global, con la aportación de ideas y sugerencias sobre oportunidades de negocio.
Este consejo asesor se reunió dos veces en 2010, y Santander ha reconocido que sus miembros cobran, aunque no ha especificado la cantidad que se embolsará Rato. Cuando Rato se incorporó al Santander en enero de 2008, como asesor del banco y miembro del consejo asesor internacional, habría obtenido una remuneración de 200.000 euros anuales.
La confianza en Rato y su imputación
El rotativo de referencia de la City recuerda que Bankia surgió de la fusión de siete cajas regionales (entre ellas Caja Madrid) y salió a bolsa tras una "agresiva campaña de marketing que convenció a cientos de miles de inversores para comprar acciones del banco". Y añade que al menos parte de la confianza en la entidad estaba ligada a la presencia del propio Rato.
Sin embargo, pronto se descubrió el precario estado de la entidad, "brutalmente expuesta a la burbuja inmobiliaria", lo que finalmente desembocó en su rescate público, que a su vez obligó al Gobierno a pedir ayuda a la Unión Europea.
Finalmente, Bankia recibió 22.000 millones de euros públicos y sigue estando bajo control público. Los inversores que confiaron su dinero a la entidad han perdido prácticamente todo y el banco registró 19.200 millones de euros en pérdidas, las mayores de la historia de España.
El caso ha adquirido todavía mayor notoriedad, ya que el propio Rato se vio obligado a declarar como imputado en diciembre del año pasado ante la Audiencia Nacional precisamente por la salida a bolsa de la entidad.
Además de en Santander, Rodrigo Rato también trabaja en calidad de asesor para Telefónica en sus filiales en Latinoamérica y Europa, tras fichar por la entidad que preside César Alierta en enero de este año.