En medio de la crisis europea, Noruega ha mostrado una resistencia envidiable que impulsa la generación de nueva financiación al consumo para el Santander más allá que otro mercado. Hasta tal punto, que ha decidido inyectarle 76 millones, vía ampliación de capital de la franquicia escandinava, para apuntalar e impulsar su pujanza.
La división desplegada en los Países Nórdicos -fundamentalmente Noruega- ha desplazado a España e Italia en poco tiempo como segunda región en el espectro del Santander Consumer, brazo armado del grupo cántabro en 2001 para ofrecer financiación al consumo e irrumpir, a través de este crédito más básico, en países con posibilidades de hacer banca global en pasos sucesivos.
Segundo mercado
En terreno escandinavo gestionaba a finales de junio 8.620,4 millones de euros en crédito, equivalente al 14,6% de la cartera íntegra del Santander Consumer, y solo superado por Alemania, puntal de la división con 30.650,7 millones o el 52% del total. Un año atrás, la región escandinava aportaba algo más del 12% del balance, muy parecido al negocio en España e Italia que ahora suman el 11,5 y 10,5%, respectivamente.
La distancia es susceptible de ampliarse aún más, en vistas de los ritmos de actividad y la fragilidad económica de otros mercados. La nueva producción crece a ritmos del 16% en los países nórdicos en moneda local, cuando en Alemania se contrae un 4%; en España desciende el 15% y en Italia disminuye el 48. Polonia es el único que bate su dinamismo, con una expansión del 34% en generación de nuevo negocio.
El empuje se vislumbra en la línea de resultados: el área escandinava aportó un beneficio antes de impuestos de 64,4 millones en el primer semestre; frente a los 106,36 millones de Alemania y 62,8 millones de España. El negocio principal en la región se localiza en Noruega y en financiación de automóviles y tarjetas, aunque dispone de una filial en Finlandia, y sendas sucursales en Suecia y Dinamarca. Su posicionamiento aquí coge ritmo a partir de 2007, con la apertura de sendas sucursales en Suecia y Dinamarca, a la que sucedió la compra de una cartera de financiación de vehículos de Skandia Banken y de la filial finlandesa de GE.