
El cronómetro corre inexorable para la banca. El Gobierno aprueba hoy el esqueleto del banco malo y una ley que hace factible la liquidación de entidades inviables, y antes de dos meses Bruselas recibirá los primeros planes para reflotar las entidades que soliciten ayudas. La Comisión Europea espera recibir los proyectos de reestructuración ordenada de Bankia, Novagalicia, Catalunyacaixa y Banco de Valencia cuando concluyan las pruebas de resistencia y se detalle el déficit de capital entidad a entidad en la última quincena de septiembre.
Y es que la Comisión deberá examinarlos, solicitar o imponer cambios y aprobarlos "durante noviembre", explicaron a Europa Press ayer fuentes del ejecutivo europeo. El calendario tan estricto lo fija el memorando de entendimiento impuesto por Europa a cambio de prestar 100.000 millones para recapitalizar la banca. Obliga a las autoridades españolas -Ministerios de Economía, Hacienda, Fondo de Reestructuración (Frob) y Banco de España- a trabajar contrarreloj con las entidades para preparar en octubre los planes de reestructuración. En diciembre tocará el turno a aquellas otras entidades incapaces de recapitalizarse sin ayudas, pero sin necesidad de ser nacionalizadas.
La UE decidirá en noviembre
Bankia, Novagalicia, Catalunyacaixa y Banco de Valencia ya han pasado antes por Bruselas, al tener que recibir su permiso para obtener otras ayudas. En los últimos meses y en paralelo a la fijación de nuevas reglas de saneamiento han podido trabajar con las autoridades e intercambiar impresiones con Bruselas, pero era imposible desarrollar determinados planes ya que serán exigibles a partir de la entrada en vigor del pack regulatorio que aprueba hoy el Gobierno.
El real decreto que estará en la mesa del Consejo de Ministros, tras una intensa negociación con la troika, fija una detallada ruta de cómo proceder para evitar nuevas crisis bancarias. Así, las entidades que vean caer sus ratios reglamentarios, como la solvencia o liquidez, por debajo de lo exigido tendrán que presentarle al Banco de España una propuesta con medidas para restablecer la situación. En esta fase, denominada de intervención temprana, el supervisor podrá también anticiparse y tomar medidas como el cese de los gestores si lo ve necesario para recomponer la entidad.
Cesar gestores
Si ese ejercicio de normalización obliga a pedir auxilio financiero, el banco entra en la fase de reestructuración o resolución ordenada. Un tramo donde, según el Gobierno, se moverán todas las que soliciten ayudas porque la etapa siguiente es diagnosticar que son inviables y proceder a su liquidación, algo que el Ejecutivo no se cansa en negar.
En esta etapa se encuentran las cuatro nacionalizadas. El real decreto les exigirá planificar qué van a hacer para ser viables y devolver el dinero -el nuevo real decreto da cinco años, prorrogables a siete, para devolverlo-. El primer paso será evacuar al banco malo unos activos dañados aún por definir porque la letra pequeña del vehículo se plasmará en un desarrollo reglamentario antes de noviembre. En paralelo deben diseñar un plan de renegociación de su deuda híbrida y subordinada -incluidas las preferentes-, donde propongan quitas o canjes a los bonistas. Y, a buen seguro, que tendrán que aplicar nuevos ajustes en sus estructuras para reducir costes, que podrían acompañar con la venta de negocios no estratégicos y activos o cartera industrial.
Para hacer y deshacer sin cortapisas en la fase de reestructuración, el real decreto otorga máximos poderes al Frob, organismo con ascendencia directa del Ministerio de Economía y Competitividad.