La banca cotizada no ha podido aún frenar la entrada de pisos y suelo en sus balances. A pesar de la aceleración de las ventas de inmuebles en el primer semestre, el volumen de activos adjudicados por impago de los seis grupos presentes en el mercado -a excepción de Bankia-, ha crecido en casi 3.150 millones de euros, un 10%.
De esta manera, Banco Santander, BBVA. Caixabank, Popular, Sabadell, Banesto y Bankinter acumulan viviendas y terrenos por un valor superior a los 34.600 millones.
Únicamente el grupo Santander ha logrado reducir el volumen de adjudicados en los seis primeros meses del año. Tanto la red de su negocio en España como su filial Banesto han disminuido la carga de activos tóxicos por primera desde comienzos de la crisis. En el primero la caída fue mínima, de apenas 53 millones, pero en el segundo ascendió a 161 millones.
Este descenso fue posible gracias al aumento sustancial de las ventas durante el periodo, que pudieron compensar la entrada de este tipo de activos por insolvencias.
El aumento de las provisiones ha elevado el ritmo de desinversión de la cartera de inmuebles en manos de la banca. Al realizar mayores dotaciones ya asumen pérdidas y pueden desprenderse las viviendas a precios más baratos, con descuentos muy superiores.
Banesto imprimió velocidad en este proceso, principalmente en el segundo trimestre, con un aumento de las ventas del 67 por ciento, hasta los 381 millones de euros.
En otros casos, como Caixabank y el Sabadell, por ejemplo, estos porcentajes de subida también se registran, pero no han sido suficientes para rebajar el volumen de inmuebles hasta junio.
Todas las entidades esperan que a lo largo de los meses el importe de las desinversiones vaya creciendo, al tiempo que van adecuando su colchón de provisiones a las exigencias de los reales decretos aprobados por el Gobierno este año, sobre todo el de febrero, que es el que afecta a los adjudicados.
Bankinter, libre de cargas
Por ahora, estos seis bancos han dotado algo más de la mitad de los requerimientos previstos por las dos reformas. El único que ha completado todo el saneamiento ha sido Bankinter, después de haber cargado contra la cuenta de resultados 124 millones.
Del resto, el grupo Santander es que menos necesidades tiene que hacer hasta finales de año. Ha cubierto ya el 70 por ciento de lo reclamado por los decretos. Tendrá todavía que destinar unos 1.100 millones a esta partida, que se limitan a unos 800 millones netos de impuestos. Esta cantidad corresponden en su integridad a Banesto.
El que más esfuerzos tendrá que hacer hasta final de ejercicio es BBVA. Por hora sólo ha cubierto un tercio del saneamiento. Le quedan 3.200 millones, que después de impuestos se quedan en unos 2.200 millones. Al Popular también le restan dos tercios, es decir, unos 3.500 millones netos.
Caixabank, por su parte, aún tiene que aportar al colchón de dotaciones unos 1.300 millones, mientras que para el Sabadell serían 700 millones. Todos ellos descartan solicitar ayudas para cubrir estas necesidades, como tampoco para las que pudieran exigirse a partir de septiembre cuando terminen el análisis de las auditoras independientes contratadas por el Ministerio de Economía. Consideran que con la mejora de los ingresos y con ventas de participadas podrán asumir el coste de los dos decretos. Caixabank y el Popular tienen hasta mediados del próximo ejercicio.