
El Gobierno español ha mantenido informado al Banco Central Europeo (BCE) de sus planes para recapitalizar sus bancos problemáticos con bonos soberanos y la institución con sede en Fráncfort no ha presentado objeciones, dijo el lunes a Reuters una fuente del Ejecutivo de Mariano Rajoy.
"El BCE ha sido consultado sobre esto estrechamente. Esta solución ya ha sido utilizada antes por Alemania e Irlanda y es perfectamente válida (...) Entiendo que (el BCE) no tiene ningún problema", dijo la fuente.
El domingo, una fuente gubernamental dijo que el Gobierno está estudiando suscribir parte o la totalidad de la ampliación de capital por 19.000 millones de euros que realizará la matriz de Bankia, BFA, con deuda pública para posteriormente intentar canjear estos títulos por liquidez en el Banco Central Europeo y rebajar el coste de la financiación de la inyección en la antigua caja. Con esta heterodoxa solución, el Gobierno endosaría al BCE la financiación del rescate.
La jugada del Gobierno, que a primera vista puede parecer redonda -evita acudir a los mercados en busca de dinero cuando la prima de riesgo está por las nubes, elude el rescate de la banca española con fondos europeos y ni tan sólo tiene que preocuparse de que inversores quieran adquirir la nueva deuda pública- no está exenta de posibles consecuencias negativas para España.
Este "aumento de la deuda por la puerta de atrás" podría provocar recelos en los inversores, penalizaría la deuda en circulación y dificultaría la financiación del Tesoro, además de que podría provocar desconfianza en España.