Banca y finanzas

Cuanto más se retrase la reestructuración de la banca española, peor para los ratings

Moody's considera que los retrasos en la consolidación y reestructuración del sector bancario español, junto con la reducida cantidad de fondos públicos que han afluido al sector, hacen peligrar las previsiones iniciales de una mejora sustancial de la fortaleza financiera de las entidades, lo que podría traducirse en "presiones sobre los ratings de deuda y depósitos de algunas". Bruselas aprueba el FROB, pero sólo hasta el 30 de junio.

"Hasta la fecha, el ritmo de consolidación y reestructuración ha sido mucho más lento de lo que preveíamos, como lo ha sido también el flujo de fondos públicos hacia el sector financiero español. Nos preocupa que, hasta el momento, no se haya avanzado significativamente en este sentido", señala la autora del informe de Moody's, María José Mori.

Desde mediados de 2009, la agencia de calificación ha sostenido que los ratings de deuda y depósitos de los bancos españoles deberían resultar relativamente estables.

Y es que las "futuras pérdidas crediticias, especialmente de las entidades cuyos ratings de fortaleza financiera (BFSR) son más bajos, deberían verse atenuadas tanto por las inyecciones de capital respaldadas por el Estado, como por los beneficios que se prevén de una próxima consolidación a través de fusiones y otros tipos de integración".

¿Un futuro más sólido?

Moody's anticipó que esta evolución podría volver a colocar a esas entidades en una situación más sólida y competitiva.

Así, la agencia apunta que la intención del Banco de España de concluir la reestructuración del sistema a finales del primer semestre de 2010 "tranquiliza algo", aunque mantiene una posición "cautelosa" respecto a las perspectivas de un fortalecimiento efectivo de los fundamentales financieros del sistema en los próximos meses.

A este respecto, Moody's atribuye su prudencia al "papel que han desempeñado los poderes políticos en la aprobación de los proyectos de fusión o integración de cajas de ahorro, factor que ha sido clave en la lenta consolidación de este segmento", mientras que el entorno operativo de España, verdaderamente débil, continúa generando presiones sobre las entidades.

La deuda de alto riesgo, muy vulnerable

De este modo, los temores de Moody's se centran, en especial, en las entidades con BFSR por debajo del grado de inversión, ya que presentan una situación financiera débil y una necesidad de reestructuración que, en muchos casos, debería ir acompañada de una inyección de capital público.

Si las entidades con débiles ratings de fortaleza financiera (BFSR) no son capaces de restablecer sus fundamentales crediticios en el medio plazo como habíamos previsto, sin emprender reestructuraciones importantes o recibir apoyo público, "podrían sufrir presión a la baja en sus calificaciones de deuda y depósitos", ya que es muy probable que esas calificaciones se ajusten más a sus perfiles de crédito individuales, representado por sus BFSR, advierte Mori.

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