
Por paradójico que sea, Lehman va a invertir en hipotecas y créditos para poder devolver a los acreedores su dinero. El tribunal encargado de su liquidación ha autorizado al maltrecho banco a gastar alrededor de 1.400 millones de dólares en activos baratos pertenecientes a su insolvente filial alemana, Lehm an Brothers Bankhaus, con los que pretende generar valor en cinco años. ¿Y en 2010? Las ejecuciones hipotecarias en EEUU batieron récords en 2009.
Bryan Marsal, cabeza visible de Álvarez & Marsal, la firma encargada de la liquidación del banco, considera que dichos activos (que tienen un valor nominal de 3.500 millones de dólares) pueden ayudar a aumentar con creces la porción liquidable del banco.
"Lo más habitual es que una compañía en quiebra que no pretende retomar sus actividades sea liquidada. Pero si hubiéramos hecho eso con Lehman, sólo hubiésemos logrado rescatar 10.000 o 20.000 millones. Con algo más de tiempo, podemos recuperar hasta 40.000 o 50.000 millones", asegura Marsal.
¿Todo por el 'bonus'?
Sin embargo, con el valor que pueden generar estas compras no sólo se beneficiarían teóricamente los acreedores, sino también la propia firma encargada de finiquitar el banco.
Álvarez & Marsal tiene un contrato con Lehman que estipula que recibirá un bonus del 0,175% de todas las cantidades superiores a 15.000 millones de dólares que recupere para los acreedores. Basado en las comisiones recibidas hasta el momento por la firma, esa prima podría alcanzar los 50 millones de dólares.
Según los documentos que maneja el Tribunal de Quiebras de Nueva York, el 30 de noviembre los activos rescatables de Lehman y sus filiales ascendían a 16.300 millones de dólares en cash. Mientras, los solicitantes le reclaman en torno a 830.000 millones, según Marsal.
"No tiene autoridad"
La firma asegura que está "tratando de limpiar los errores y duplicados" que al parecer existen en las reclamaciones y poder repartir hasta 50.000 millones entre los acreedores en un plazo de entre 3 a 5 años.
Supuestamente, las compras que va a llevar a cabo le permitirán vender los activos cuando su nivel de precios se recupere y eliminar los créditos considerados malos.
Sin embargo, esta solución no convence a todos. "El trabajo de Marsal no consiste en asumir más riesgos y especular en el casino financiero. Es el mismo síndrome de los masters del universo (referencia a la actitud arriesgada y altiva de los brokers de La Hoguera de las Vanidades) que puso en aprietos al país. El código de quiebras empresariales no le da autoridad para invetir con el dinero de los acreedores", sentencia Lynn LoPucki, proferosa especialista en quiebras empresariales de las universidades de California, Los Ángeles y Harvard.