
El uso de los cajeros automáticos va a menos. Los ciudadanos realizaron durante el pasado año 683.390 extracciones de efectivo en los terminales, lo que supone un retroceso del 1,45% en su utilización, la mayor caída desde el desplome del 31,25% acusado por las restricciones del Covid-19, y el número más limitado de transacciones desde que hay estadísticas –se iniciaron en 2002– si se aisla el efecto de pandemia.
En 2019, un año antes, se efectuaron 908.590 extracciones de efectivo. En cuantía, el volumen del dinero dispuesto en los terminales aún repuntó un 2,08% interanual, hasta los 127.485,90 millones de euros, pero pierde terreno frente al uso de la tarjeta para pagar directamente en comercios.
Los ciudadanos abonaron compras por valor de 271.528,98 millones de euros con tarjetas, un 6,29% más que en 2023; y con cuantía medidas cada vez más reducidas a medida que la aceptación del dinero de plástico se va extendiendo a todos los rincones. El número de abonos con tarjetas creció, de hecho, un 9,54%. La situación no ha sido siempre así. Hasta el año 2015, el uso del efectivo era muy superior y el dinero extraído en cajeros automáticos aún superaba al volumen de operaciones abonadas directamente con tarjetas –114.863,75 millones versus 112.330,26 millones–, de acuerdo a las últimas estadísticas del Banco de España.
Las cifras no son directamente trasladables a la modalidad de pago porque los billetes que se sacan de los terminales se utilizan en muy diferentes operaciones, mientras que las estadísticas de uso de las tarjetas son absolutas. Sin embargo, la evolución de ambos parámetros sí refleja la creciente penetración del dinero de plástico para abonar las compras, especialmente, a raíz de la pandemia.
El pago con tarjeta se dispara
El dinero dispuesto de los terminales en 2024 es apenas un 1,83% superior a los 125.188,58 millones que se extrajeron en 2019. En ese mismo periodo de tiempo el importe de compras abonadas con tarjetas se ha disparado un 68,29%, desde 161.343,34 millones a 271.528,98 millones.
Su avance se ha acelerado gracias al ecommerce, la búsqueda de "gangas" online, y un hábito más digital mientras que las fusiones bancarias y ulteriores ajustes de red ha afectado también al número de cajeros disponibles. A finales de 2024, existían 43.172 terminales, censo que representa una caída interanual del 0,21% mientras que el número de terminales punto de venta (TPVs) creció un 6,22% –superó los 2,68 millones–. Se trata del menor registro desde que el Banco de España inició la serie estadística hace 25 años. Su récord lo marcó en 61.714 equipos en 2008.
Otro parámetro que mide el buen momento de este negocio son las tarjetas en circulación. El parque alcanzó un récord de 95,52 millones el pasado año, con un aumento del 3,5% interanual: 51,42 millones de débito y 43,10 millones a crédito.