
El seguro de decesos sigue creciendo en facturación en España y registró un incremento del 5,4% en 2023 comparado con el ejercicio anterior, alcanzando los 2.766 millones de euros en primas, según el último estudio aportado por la consultora Icea.
Este crece a un ritmo inferior al que lo hizo el conjunto de seguros de no vida, ramo al que técnicamente pertenece el de decesos. El conjunto de productos de automóviles, salud, multirriesgo de hogar y comunidades entre otros logró un crecimiento del 6,8%, casi un punto y medio por encima.
Sin embargo, a pesar de tener un ritmo de ingresos menor que el resto de negocios, es desde 2021 el producto más rentable dentro de los seguros de no vida. Años en los que además ha habido mucha variación entre el resto, ya que automóviles, que fue el primero en 2020 y el segundo en 2021 por las restricciones de movilidad por la pandemia, es ahora el penúltimo, solo por delante del de salud, uno de los más afectados por la inflación.
Esta rentabilidad del seguro de decesos se basa principalmente en la baja siniestralidad comparado con el resto, que son productos más utilizados. El ratio de siniestralidad aquí (es decir, el fallecimiento) apenas es del 63,6% a cierre del primer semestre de este año, por el 72,6% del resto de seguros de no vida.
Sin embargo, el seguro de decesos, al ser un producto tan particular, implica en más costes de comercialización, ya que su venta es principalmente de manera individual aunque dentro de este seguro no suele haber un único beneficiario, sino que es más frecuente que englobe al entorno familiar. De hecho, por cada póliza se estima que hay 2,5 personas aseguradas, según el estudio de Icea. Aun así, esta naturaleza hace que los costes de adquisición del producto sea diez puntos mayor que en el resto de seguros de no vida. De hecho, la propia venta es el segundo coste más importante del seguro de decesos, representando dentro del ratio combinado aproximadamente 30 puntos porcentuales.
La otra particularidad en costes del seguro son las provisiones técnicas, que son mucho más altas en este negocio que en otros para tener capacidad de afrontar compromisos futuros. Es por ello que también el resultado financiero en este ramo es fundamental para la rentabilidad, ya que es donde residen las principales diferencias con el resto de productos de no vida, ya que estos tienen que hacer frente a indemnizaciones de manera más frecuente.
Por último, al igual que sucede en los seguros de vida, ya que ambos se basan en la "supervivencia" del asegurado, hay muchos tipos de primas, siendo más de la mitad las niveladas –donde los costes son más altos al principio, pero crecen a un menor ritmo con los años–. Estas son las que menos crecen en volumen (3,4%), y las que más, las mixtas (12,7%), que combina la natural –el precio crece con la edad– y la nivelada.