Banca y finanzas

El capital árabe evita entrar en la banca europea

  • El Banco Nacional Saudí perdió la mayor parte de su inversión en Credit Suisse hace meses

El capital árabe puebla el accionariado de casi todo tipo de empresas, pero se resiste a entrar en las entidades financieras europeas pese a que fondos como el soberano de Arabia Saudí, PIF, llevan en sus objetivos de inversión el fomento de su participación en instituciones financieras de todo el mundo. ¿Por qué entonces no se han decidido a dar este paso adelante?

Las teorías son de lo más variopintas, pero todas confluyen en tres puntos concretos. El primero de ellos tiene que ver con el momento en que se encuentra el sector, en transición tras la transformación obligada a la que le empujó el Covid y la abrupta subida de tipos de interés. El segundo está íntimamente relacionado con esta transformación y tiene que ver con los retornos de la inversión a corto plazo.

Y es que el periodo del Covid ha enseñado que las recomendaciones -que en la mayor parte de los casos son obligaciones veladas- de los reguladores bancarios influyen de forma muy relevante en el reparto de los dividendos. Así, por ejemplo, la mayor parte de las entidades estuvo durante dos años sin repartir los beneficios entre sus accionistas y ahora continúan las limitaciones del payout -porcentaje que con el que se retribuye-.

El tercero de ellos tiene que ver con el activismo de su inversión. La entrada en el capital de una entidad financiera que está bajo supervisión del Banco Central Europeo (BCE) y aspira a tener un representante dominical en el consejo de administración, como es el caso de la mayor parte de las inversiones que realizan fondos soberanos como el de Arabia Saudí que acaba de entrar en Telefónica a través de STC, necesita el visto bueno de este organismo a la idoneidad del candidato, algo que, según señalan fuentes del sector, no sería del agrado de este tipo de inversores. En definitiva, la supervisión férrea que lleva a cabo el regulador bancario europeo no sería plato de buen gusto para este tipo de inversores.

A ello se suma el golpe que en los últimos meses recibió el Banco Nacional Saudí con su participación en Credit Suisse.

Cabe recordar que BNS perdió la mayor parte de su inversión en el banco suizo, situación que llevó a la dimisión del presidente de la institución saudí tras unas declaraciones en las que negaba que fuesen a invertir más dinero y que fueron el pistoletazo de salida para lo que luego se convertiría en la intervención y venta de Credit Suisse a UBS.

El caso de las infraestructuras

Pero la no inversión en banca por parte del capital árabe no es la única. También le causa cierto rechazo la llegada a las compañías del sector de las infraestructuras, en el que el capital saudí está entrando directamente a través de los proyectos en colaboración con compañías industriales y no de la participación en el capital de empresas concretas.

Además, las acciones de las compañías que operan en este sector en España se encuentran en máximos, por lo que la rentabilidad de la inversión no sería tan atractiva como puede ser en el caso de STC en Telefónica, que desde hace días ocupa las portadas de los medios.

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky