
Primero fueron las tecnológicas y ahora son los bancos. Morgan Stanley ha despedido este martes al 2% de su plantilla, unos 1.600 empleados. El presidente ejecutivo de la firma, James Gorman, ya había avisado la semana pasada de que haría un recorte "modesto". La entidad contaba con unos 82.000 trabajadores en todo el mundo a finales de septiembre frente a los 75.000 del año anterior.
Según ha informado la CNBC, el banco ha retomado una práctica habitual en sector: la de deshacerse de los empleados de menor rendimiento antes de la época de pagar los bonus anuales. La última vez que Morgan Stanley hizo recortes globales fue en 2019, cuando despidió a alrededor del 2% de sus empleados.
Todo parece indicar que esta escena no terminará en Morgan Stanley. Goldman Sachs y Citigroup también harán despidos en los próximos días y, a este lado del Atlántico, Credit Suisse dijo en las últimas semanas que planeaba deshacerse de 9.000 empleados, mientras que Barclays ultima también una reducción de la plantilla.
La banca se encuentra ahora mismo entre los sectores más vulnerables. Los bancos centrales de todo el mundo están encareciendo los créditos al aumentar los tipos de interés en un intento por reducir la demanda de préstamos y aliviar las presiones que empujan al alza los precios (inflación).
En una conferencia de la industria bancaria esta semana, el CEO de Goldman Sachs, David Solomon, advirtió sobre las perspectivas económicas. "El crecimiento económico se está desacelerando", indicó. "Cuando hablo con nuestros clientes, suenan extremadamente prudentes".
Hasta ahora, a la economía de EEUU le ha ido mejor de lo esperado, ya que los consumidores continúan gastando impulsados ??por un mercado laboral sólido y los ahorros que quedaron de la pandemia.
Pero el rápido aumento de los precios está comiéndose los ahorros de las empresas y los hogares, lo que eventualmente podría hacer "descarrilar" la economía, señaló Jamie Dimon, CEO de JP Morgan Chase.
Un gran número de empresas han anunciado despidos en las últimas semanas, especialmente abultados en el sector tecnológico (Meta, Twitter, Amazon, entre otras), ante la mala coyuntura económica y el entorno de altos tipos de interés.