Los créditos en riesgo de la banca aumentaron en casi 12.000 millones euros durante el tercer trimestre del año por una combinación de prudencia de las entidades y el primer repunte en los impagos en mucho tiempo. Detrás de esa cifra se esconde un avance de 1.903 millones en la financiación dudosa o calificada en el argot financiero como stage 3 y que pasó desde los 69.995 millones de junio a 71.898 millones el pasado septiembre en los seis bancos cotizados españoles (Santander, BBVA, CaixaBank, Sabadell, Bankinter y Unicaja), según datos compilados por la consultora Accuracy en su informe bancario trimestral.
Los restantes 10.044 millones se explicarían por un ejercicio de prudencia en las entidades en la medida que corresponden con el aumento en la exposición de la financiación en vigilancia especial (stage 2), es decir, aquella al corriente de pago aunque con dudas sobre la capacidad futura del cliente para repagarla por su perfil o el del sector económico al que pertenecen.
Reducción de las rentas
En conjunto, entre morosidad y créditos bajo vigilancia especial, la hucha de financiación en riesgo de los seis bancos escala a 229.759 millones desde los 217.812 millones contabilizados en junio. Una evolución que coincide con las insistentes llamadas a la prudencia y a acopiar huchas de provisiones por parte del Banco de España, en previsión de un deterioro de los activos y un auge en las dificultades de pago entre clientes particulares y empresas por el freno económico con la inflación por las nubes y los tipos de interés al alza. El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, avisó ayer mismo que la elevada inflación está provocando una rápida pérdida de poder adquisitivo de los consumidores en el área del euro y, junto al endurecimiento de las condiciones financieras, "debilita la actividad económica a un ritmo bastante rápido". Su advertencia la formuló durante un encuentro de la Asociación de Mercados Financieros (AMF) donde apuntó que el BCE subirá los tipos lo necesario, hasta lograr encauzar en el 2% una inflación que supera el 10% en la eurozona.
El incremento de la posición en riesgo en términos absolutos resulta, sin embargo, compatible con que la tasa de morosidad haya continuado mejorando en todas las entidades al ser muy limitado el repunte en los impagos en volumen y porque también favorece el efecto estadístico. Y es que la morosidad es un porcentaje sobre el saldo financiado, que avanzaba hasta septiembre a un ritmo muy superior al contabilizado en la exposición dudosa (tres cuotas mínimas sin pagar).

Capacidad para encararlo
Accuracy entiende que el sector encara la situación con una situación de partida envidiable en solvencia, rentabilidad o impagos. La morosidad media de las seis entidades está en el 3,1%, aunque registre esa inflexión en la cuantía de dudosos que, a su juicio, "puede ser una primera señal del empeoramiento de la calidad de los activos". "La industria podrá navegar la incertidumbre del entorno con una solidez y resiliencia a prueba de escenarios realmente adversos", augura el director de Accuracy, Alberto Valle.
El estudio pondera que el sector mantiene una progresión positiva donde la subidas de tipos hace que los márgenes de interés crezcan "de manera generalizada", a la vez que aumenta los activos y descarta el retorno a la remuneración de depósitos, "al menos, hasta marzo de 2023".