
Su firme decisión de no sacar a Kutxabank a bolsa le generó muchos detractores, pero el tiempo y una gestión basada en el largo plazo y en la competitividad sostenible le han dado la razón. Xabier Sagredo, presidente de BBK, propietaria del 57% del banco vasco, presume hoy de una entidad solvente y financieramente fuerte, con una estructura societaria que protege la labor social de los tres accionistas (Kutxa, 32% y Vital, 11%).
Ahora llegan los reconocimientos a esta gestión -suma ya tres este ejercicio- en un momento en que Kutxabank afronta el cambio de presidente, tras ochos años con Gregorio Villalabeitia al frente y con Antón Arriola ya ratificado por el Banco Central Europeo como su sucesor.
Una nueva etapa en la que el banco tendrá que afrontar varios retos, entre ellos cambios en la gobernanza en línea con el modelo anglosajón, basado en una presidencia no ejecutiva y los poderes en manos del consejero delegado. Pero Sagredo avisa: "No me gustan los presidentes no ejecutivos, porque creo que en un consejo de administración, tanto la parte ejecutiva como la propiedad tienen que estar protegidas en cuanto a estrategia".
BBK acaba de lanzar 'Kolapso', una campaña para mostrar la presión que ejercemos sobre el planeta y su sostenibilidad. ¿Se ha logrado el objetivo previsto?
El objetivo de la campaña es abrir un debate social acerca del concepto de competitividad sostenible, donde se prime lo sostenible sobre lo competitivo. Creemos que es la única manera de basar este presente y dejar un futuro mejor. El proyecto era un globo dentro de un cubo que explotó por la presión a la que fue sometido, debido a las respuestas recibidas a través del metaverso y que afectaron a la sostenibilidad. Más de 10.000 participantes que se convertirán en cestas de alimentos para vulnerables.
¿Por qué la defensa de la competitividad sostenible?
Porque creo en ello. Vivimos en una sociedad en la que el corto plazo está a la orden del día y yo creo que nos tiene que mover el largo plazo, si queremos cumplir la Agenda 2030 y 2050 que la ONU ha marcado. La sostenibilidad no es solo lucha contra el cambio climático; es también lucha por los derechos sociales, por la gobernanza y por la cohesión social. Clasifiquemos las empresas que luchan por la sostenibilidad y entre ellas ir al mejor precio y más competitivo. BBK en su política de compras ejerce ese direccionamiento y en los estatutos tenemos implementado el concepto de competitividad sostenible.
Un tipo de gestión que está recibiendo reconocimientos.
Sí, ya son tres premios y reconocimientos que recibimos este año. Soy de pensar a largo plazo y en aquel 2013 que todo el mundo veía que teníamos que salir a bolsa y hacerlo rápido me opuse. Nunca he dicho que soy contrario a la bolsa, pero Kutxabank es de sus accionistas y queremos que sea un banco sostenible a futuro. Si un día hay un proyecto que es bueno para el banco, para el accionista y para la sociedad, nos lo plantearemos.
Salida a bolsa: "Si un día hay un buen proyecto para el accionista, el banco y la sociedad, nos lo plantearemos"
¿Qué estrategia sigue BBK en una crisis económica como la actual?
Los dividendos de la banca están creciendo, pero todavía no estamos en cifras pre-Covid. La fundación bancaria ha buscado una diversificación para tener un presupuesto de la obra social con crecimiento constante y sostenible, de hecho es la mayor obra social por habitante de toda España. Además, tratamos de dar estabilidad a Kutxabank como accionistas de control y no exigirle esfuerzos en dividendo. Preferimos que sea un banco sostenible a futuro y que puede digitalizarse e invertir en un momento tan competitivo. Además, invertir en otros lares para proteger nuestra obra social. BBK tiene una columna vertebral fuerte, pero va a ser todavía más fuerte en el futuro.
¿Cómo está configurada la política de inversiones?
En función de varios parámetros: proteger la obra social y que si Kutxabank no diese dividendo, la obra social se llevaría a cabo gracias a otros ingresos; por temas regulatorios y por sentido común empresarial. Eso nos ha obligado a configurar una cartera patrimonial que esté balanceada en riesgo, en composición de cotizada y no cotizada, y también iremos entrando en inversiones y desarrollos en sostenibilidad. Vamos a trabajar por ello e invertir no solo por un carácter lógico de rentabilidad-riesgo, sino también apostando por el crecimiento económico y el empleo.
Respecto a Kutxabank, ¿cómo enfoca su nueva etapa?
Es un banco que ha atravesado esta crisis financiera bien, ha mejorado todos sus ratios, ha ido haciendo transiciones ordenadas y tiene que enfrentarse también a buscar un largo plazo. Kutxabank tiene que perfilarse hacia una transformación en cuanto a su gobernanza interna para adaptarse a las nuevas tendencias, también en la experiencia con el cliente y en estar cerca del concepto de competitividad sostenible y, desde luego, de sus proveedores, clientes y sociedad en general.
¿Se refiere a adoptar el modelo anglosajón de gobernanza?
Las nuevas tendencias empujan hacia una gobernanza donde el modelo anglosajón se va imponiendo, con un presidente no ejecutivo y un consejero delegado (CEO). Kutxabank va a tener que ir hacia esa tendencia, pero no me gustan los presidentes no ejecutivos, sino los presidentes ejecutivos con funciones limitadas. Considero que en un consejo de administración tiene que haber contrapoderes, ya que no olvidemos que Kutxabank depende de sus accionistas, BBK, Kutxa y Vital, y se debe a ellos. Por tanto, veo más un presidente ejecutivo con determinadas funciones y con consejero delegado. Yo necesito los dos contrapoderes para que tanto la parte ejecutiva como la parte de la propiedad estén protegidas en cuanto a estrategia.